Tras la invasión al Capitolio el pasado 6 de enero, se ha hecho un despliegue de seguridad sin precedentes en la ciudad de Washington, anticipando posibles hechos violentos durante la juramentación de Joe Biden el próximo 20 de enero. El operativo ha sido el más grande en el país desde el ataque del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, pero en esta ocasión la amenaza es interna.
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