La ecuatoriana, de 43 años de edad, dice que le recordó a la administración del lugar el inconveniente con su estatus migratorio durante una de las visitas del presidente al complejo cuando era candidato en 2016, pero que un trabajador le respondió que no había problema. La mujer enfatiza en que cuando solicitó el empleo en 2015 informó a su supervisor que tenía un número de seguro social falso al igual que su tarjeta de residencia.