Manuel Checo fue uno de los miles de trabajadores que limpiaron los más de dos millones de toneladas de escombros que quedaron tras el atentado del 11 de septiembre del 2001. Esta tarea lo expuso junto a sus compañeros al asbesto, lo que provocó que al menos 24,000 de ellos padecieran de cáncer. Aunque hoy vive con las secuelas de esa enfermedad, este hombre asegura que se sintió “muy orgulloso de contribuir con la gran limpieza”.
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