En medio del llanto, el redoble de tambores y el agradecimiento de la comunidad fueron despedidos en una iglesia de Leópolis tres soldados, de 22, 24 y 26 años de edad, que defendieron hasta la muerte la ciudad de Jersón. Sus compañeros de brigada saben que pronto será su turno de ir al campo de batalla y aseguran no tener dudas de que ganarán la guerra.
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