Juan, quien vive en una de las zonas más afectadas por las lluvias y las inundaciones en Kentucky, cuenta como le tocó salir corriendo de su vivienda porque cuando despertó el agua ya le llegaba al cuello. "Todo se echó a perder, pero alcanzamos a salir", recuerda el migrante mexicano, quien asegura que ahora no puede dormir por el miedo que le produce la lluvia. Dice estar preocupado que por su estatus migratorio no vaya a recibir ayuda para sobreponerse de esta situación.
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