Dos residentes de la ciudad decidieron repartir los dispositivos al ver la cantidad de denuncias de violencia, ataques y robos a los vendedores ambulantes, que en muchas ocasiones las imágenes quedan grabadas en cámaras de vigilancia. Los creadores de la iniciativa piden a la comunidad informar sobre estos casos, pues algunas de las víctimas no hablan por temor.
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