Oregon declaró el estado de emergencia luego de que las temperaturas superaran los 102 grados Fahrenheit, algo que no sucedía desde 1977. Por su parte, el alcalde de Nueva York hizo un llamado de alerta a la población y pidió ahorrar energía y proteger a las personas más vulnerables. La ciudad pidió además no abrir los hidrantes y controlar el consumo de agua.
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