Este domingo decenas de personas entraron a Brownsville, Texas, tras casi dos años de espera en el refugio mexicano en el que tuvieron que soportar ondas gélidas, calor extremo, hacinamiento, humedad y delincuencia organizada. "Lo que queda de recuerdo son los sufrimientos que pasamos", dice uno de los inmigrantes en busca de asilo. Las autoridades mexicanas anunciaron que este campamento se cerrará de forma definitiva.
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