Biden aseguró que "todos los años hay un aumento drástico en el número de personas que van a la frontera en enero, febrero y marzo" y ese fenómeno no ocurre precisamente porque el presidente sea buena gente, sino por que es una temporada en la que los inmigrantes reducen el riesgo de morir en el desierto. El presidente recalcó a los indocumentados que "nada a cambiado" y que "la gran mayoría de personas que cruzan la frontera están siendo enviadas de vuelta a sus países".
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