Más de 340,000 estudiantes de las escuelas del condado de Miami-Dade, el cuarto distrito más grande del país, volvieron a clases presenciales con el uso obligatorio de mascarillas, desafiando la ley firmada por el gobernador de Florida, Ron DeSantis. Precisamente, el mandatario estatal amenazó a los superintendentes con quitarles sus salarios si obligaban a los alumnos a usar máscara. "Es un honor ser amenazado por hacer lo que es correcto", dijo Alberto Carvalho, superintendente de Miami-Dade.
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