Después de permanecer conectado a un respirador artificial por 20 días, Moisés Ramírez, de 56 años, despertó en un hospital de Phoenix, Arizona, lo que su familia ve como un milagro. A principios de julio los médicos les dijeron que el hombre tenía escasas horas de vida, momento en que los seres queridos decidieron quedarse acampando al pie de una ventana del centro médico, donde lo veían a la distancia.
Más información aquí.