La más reciente investigación de la masacre ocurrida en mayo de 2012 en Tegucigalpa dice que la DEA le mintió al Departamento de Justicia de EEUU sobre los hechos ocurridos. Según sobrevivientes de la agresión mujeres y niños fueron atacados por agentes, quienes intentaron sobornarlos a cambio de su silencio.