DALLAS, Texas. La familia de Norlan Guzmán Fuentes, el salvadoreño que murió durante el ataque armado en el centro de detención de ICE en Dallas, decidió hablar por primera vez.
Familia de salvadoreño muerto en ataque a sede de ICE habla por primera vez y pide justicia
La familia de Norlan Guzmán, salvadoreño muerto en el tiroteo contra el centro de ICE en Dallas, rompe el silencio. Piden justicia, desmienten que fuera un criminal y reclaman ayuda para repatriar su cuerpo a El Salvador.

Con dolor, pidieron justicia, denunciaron que las autoridades lo han retratado como un criminal y reclamaron ayuda para repatriar su cuerpo a El Salvador.
Temen represalias y prefieren mantenerse en el anonimato, pero aseguran que no quieren que el nombre de Norlan quede marcado por versiones oficiales que, dicen, no corresponden con la realidad.
“Es la peor experiencia de mi vida”
La entrevista con Univision fue el primer testimonio público que ofrecieron: entre lágrimas, describieron lo duro que ha sido enfrentar la tragedia.
Los testimonios en este artículo cuidan la identidad de los familiares que participaron, a petición de ellos.
“Esto es muy duro, es la peor experiencia de mi vida. Nunca nos esperamos vivir esto”.
Relataron que se enteraron del ataque por redes sociales, mientras intentaban comunicarse con Norlan sin obtener una respuesta.
“Le dije a mi hermana que solo falta que Norlan esté en ese centro y luego supimos que él era una de las víctimas”.
“Esto fue un ataque contra los migrantes”.
Los familiares sostienen que el atacante apuntó contra la comunidad inmigrante y no contra los agentes federales.
“Este fue un ataque a la comunidad indocumentada. Un tirador sabe a quién va a tirar. Es triste que Norlan haya sido la víctima”.
Insisten en que Norlan estaba esposado de pies y manos cuando ocurrieron los disparos, lo que lo dejó sin ninguna opción de huir o protegerse:
“Él estaba amarrado, esposado. No podía correr ni esconderse de las balas”.
Un retrato distinto al que dieron las autoridades
Después del ataque, autoridades federales mencionaron que Norlan tenía antecedentes criminales y vínculos con armas. Su familia lo niega tajantemente.
“Dicen que usaba armas y eso no es cierto. Todo eso es mentira. Es la primera entrevista que doy y espero que sirva. Norlan nunca utilizó armas, nunca andaba con cosas así”.
Un familiar reconoció que en el pasado tuvo problemas menores con la policía, incluyendo una detención tras una parada de tránsito en la que, según le contó Norlan, había tomado “tres o cuatro cervezas”.
También mencionaron una denuncia doméstica presentada por una expareja, pero insistieron en que las autoridades están “exagerando” y que esas versiones lo pintan como “un gran criminal que no era”.
Quién era Norlan Guzmán
Norlan, de 37 años, vivía en Estados Unidos desde hacía casi 20 años.
Trabajaba en jardinería y corte de árboles en el área de Dallas.
“ Él era un muchacho muy alegre. Siempre le gustaba bromear, te hacía reír. Era trabajador y buena persona”, comentan sus familiares.
No estaba casado ni tenía hijos, según confirmó su familia.
En los días previos al ataque, ya sabía que sería deportado a El Salvador y estaba resignado a regresar.
Uno de sus familiares recordó la última llamada con él, apenas cuatro días antes:
“Lo escuché tranquilo, hasta contento. Me dijo que ya lo iban a mover a migración y teníamos la fe de que el juez le diera una segunda oportunidad para quedarse. Fueron sus últimas palabras”.
Silencio oficial y reclamo de ayuda
El cónsul general de El Salvador en Dallas, Milton Chinchilla, dijo a Univision que “no está autorizado para comentar al respecto”.
La familia asegura que ya llenaron papeleo en el consulado, pero aún desconocen cuánto apoyo recibirán para cubrir los costos de la repatriación.
“Fuimos apenas al consulado para llenar todo el papeleo. Ellos dicen que nos van a ayudar, pero todavía falta ver con cuánto”, indicaron.
“ Necesitamos justicia y repatriar su cuerpo. Pedimos que se pronuncien, porque nosotros tenemos miedo de salir públicamente. Si no levantamos la voz por nuestra gente, ¿quién lo hará?”
Lo que sabemos del caso
El ataque: El 24 de septiembre, un hombre abrió fuego desde la azotea de un edificio contra el área de acceso de una sede de ICE en Dallas.
El sospechoso: Fue identificado como Joshua Jahn, de 29 años. Dejó supuestos mensajes con motivación anti-ICE y se quitó la vida tras el ataque, según las autoridades federales.
Las víctimas: Tres inmigrantes bajo custodia fueron baleados:
Norlan Guzmán Fuentes, quien murió ese mismo día; Miguel Ángel García Hernández, mexicano de 32 años que falleció días después dejando a su esposa embarazada y cuatro hijos; y un tercer detenido, José Andrés Bordones Molina, venezolano, no hay detalles oficiales sobre su estado.
La investigación: El FBI y el Departamento de Seguridad Nacional califican el hecho como un ataque dirigido y mantienen la investigación abierta.
Justicia y despedida pendiente
La familia aún no ha podido ver el cuerpo ni acceder a una autopsia.
Dicen que quieren respuestas claras sobre cuántos disparos recibió Norlan y cómo fueron sus últimos momentos.
“ No sabemos nada, no nos dejan verlo. Queremos una autopsia y que se diga la verdad. Queremos justicia”, concluyeron.
Entre la tristeza y el miedo, insisten en un solo pedido: poder darle a Norlan el último adiós en su tierra natal, El Salvador.














