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Cuando la venganza te hace justicia

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29 Oct 2015 – 08:06 PM EDT
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La vida a veces te pone frente a situaciones un poquito dolorosas, incluso algunas de ellas provocadas por personas en quienes has puesto tu confianza, cariño y respeto. En otras ocasiones éstas se las debes a personitas incómodas que parece que viven sólo para hacerte la vida de cuadritos, ponerte el pie o aprovecharse de ti. Y es entonces cuando piensas en la venganza, no me digas que no.


Y es que a todas nos ha pasado que, cuando alguien a quien quieres te lastima, pierdes esa confiancita que le tenías… Entonces empiezas a darte cuenta que los sentimientos bonitos que existían comienzan a hacerse chiquitos, mientras el resentimiento, el corajito y hasta las ganas de hacerlos pagar por lo que te hicieron van creciendo poco a poquito. Deseas que el daño hecho sea reparado y que quien te lastimó vuelva arrepentido a pedir perdón para tener la oportunidad de rechazarlo y así poderle dar una “cucharadita de su propia medicina”.


Muchas veces podrás pensar que vengarte es lo que necesitas para sentirte mejor, que el daño se sentirá menor o que sólo es un pequeñito acto de justicia con el que darás una lección al otro para que no vuelva a lastimar a nadie. Es lógico y hasta normal tener todos esos sentimientos negativos, pero ¿es la venganza dulce como suelen decir?


Con los deseos de ella sólo consigues mantener presente a la personita que provocó el daño y no dejas que las heridas sanen. Además, eso mismo podría llevarte poco a poquito a parecerte a quien te dañó. Sentir corajito y un poquito de reencor hacia aquél que te hizo sufrir sin merecerlo es muy humano, pero no importa cuanta “satisfacción” creas estar obteniendo al vengarte porque, al final, no te hará sentir tan bien.


¿No crees que es mejor dejar las cosas tomen su lugar? Ya sé que suena difícil, pero no olvides que la vida te devuelve los buenos y malos actos. Todo lo que haces termina por regresar a ti ya sea en forma de castigo o como recompensa.


Recuerda que hay cositas mucho más importantes que requieren de todo tu amor y atención, como tu familia y amigos. Tienes mucho más en qué ocupar tu tiempecito de manera más positiva y productiva que en venganzas absurdas que al final no te dejarán nada bueno.


No olvides que es mejor que la venganza te haga justicia por sí misma y sin necesidad de tomarla por tu cuenta. Deja que el tiempo haga lo suyito porque, como dicen por ahí, la vida da muchas vueltecitas.

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