En el aspecto profesional es muy común que debas enfrentarte a decisiones que tengan efectos secundarios en tu vida personal ¿cómo las tomas? ¿Es mejor pensarlas fríamente aunque te afecten emocionalmente? ¿Debes guiarte por lo que te indica el corazón?
¿Con el corazón o la cabeza fría?
Disfruta ya la entrada 39 del Blog de Lichita: ¿Con el corazón o la cabeza fría?


Dicen que las decisiones en el aspecto laboral es mejor tomarlas con la cabeza ya que ésta no se deja llevar por la emoción. La verdad es que me parece un tema bastante complicado, más aún si no sabes enfocar correctamente tus emociones.
El corazón y tus sentimientos pueden ser mucho más nobles y sabios que tu cabeza, pero es ésta quien cuenta con mejores herramientas para analizar la situación. Por una parte, tu lado emocional te hablará al oído de cómo te hará sentir tu decisión, mientras que el racional valorará minuciosamente lo que gana, pierde o sacrifica.
Yo he tomado decisiones muy impulsivas muchas veces, pero hoy empiezo a darme cuenta de lo importante que es también pensar las cosas antes de actuar ya que tus decisiones siempre tienen consecuencias. A pesar de eso, te puedo decir que cometer ciertas locuras y arriesgarte sin darle tantas vueltas también tiene su encanto y es un lujo que deberías permitirte de vez en cuando.
Sigo tratando de descubrir qué es mejor, aunque tal vez lo ideal sea hacerle caso a tus corazonadas pero sin perder la cabeza. Se trata de armonizar ambas partes e identificar tus valores y prioridades para lograr que las decisiones que tomes te dejen totalmente satisfecha… ¿tú qué crees?









