En el marco de las protestas a lo largo de todo el país este 1 de mayo, y el segundo paro nacional #ADayWithoutImmigrants en lo que va del año, la chef mexicana Cristina Martínez y el estadounidense Benjamin Miller, convocaron a miembros de la industria restaurantera a participar en una cena colaborativa en Nueva York la noche de este lunes.
Una cena para pedir que los cocineros y los meseros tengan los mismos derechos que los comensales
Los chefs Cristina Martínez y Benjamin Miller convocaron este lunes a una cena colaborativa en Nueva York para promover la discusión sobre la situación de los trabajadores sin papeles de la industria restaurantera. Se calcula que el 20% de todos los cocineros y meseros de los restaurantes estadounidenses son indocumentados.

En el evento se sirvió una cena preparada por diversos chefs de Filadelfia y mientras poco más de 80 comensales la degustaban, un grupo de panelistas moderado por Miller y conformado por la abogada Jennifer Lee, el chef Tunde Wey y la activista Vicky Barrios discutía sobre temas como el anonimato de los indocumentados, cómo afecta la falta de papeles a los trabajadores de las cocinas del país, las distintas formas de resistencia que ofrece el activismo y las posibilidades de cambiar el marco legal en un futuro próximo.
La cena para promover el derecho a trabajar de los inmigrantes sin papeles se dio a conocer en redes sociales como NYC #Right2Work Collaborative Dinner, tuvo lugar en el centro cultural Downtown Art, ubicado en el East Village de Manhattan y es la primera parada, según dijo Miller a Univision, en la expansión de un movimiento que se había mantenido local en Filadelfia. Su plan es que la próxima tenga lugar en Atlanta hacia septiembre de este año.
Otro objetivo importante de esta cena fue promover la resolución que recientemente reconoció en Filadelfia el derecho a ganarse la vida de todos los individuos sin importar su estatus migratorio, con la idea de que el Consejo de Nueva York pueda hacer lo mismo, según afirmó Miller: “nos gustaría ver que la resolución se apruebe en Nueva York, además queremos involucrar a los invitados en la discusión en medio de una experiencia especial con la comida y la música.”
La resolución de Filadelfia que reconoce el derecho a ganarse la vida
Gracias a este y otros esfuerzos ciudadanos, y a pesar de que el 26 de marzo pasado el fiscal general Jeff Sessions anunció castigos del gobierno a las ciudades santuario, hace apenas dos semanas el Consejo de la Ciudad de Filadelfia aprobó una resolución que reconoce: “el derecho fundamental de todas las personas a ganarse la vida independientemente de su estatus migratorio y afirma el compromiso de la Ciudad de Filadelfia a proteger y asegurar espacios de trabajo dignos y seguros para todos”.
Aunque esta resolución no supone una modificación a la ley, pone de manifiesto la postura de la ciudad frente a la amenaza del gobierno de quitar fondos federales a las ciudades santuario.
La industria restaurantera de EEUU tiene una base trabajadora de indocumentados
Según la Oficina de Estadísticas Laborales, de los 12.7 millones de empleados en el personal de los restaurantes estadounidenses, 1.4 millones son inmigrantes.
Aunque no se puede saber con certeza cuántos de ellos son indocumentados (es un dato imposible de rastrear debido a que los acuerdos laborales se hacen ‘por debajo de la mesa’), un análisis de Pew Hispanic Center encontró que en 2009 por lo menos 20% de todos los cocineros y meseros de los restaurantes estadounidenses eran indocumentados. A ese número habría que sumar a los lavaplatos, entre quienes el porcentaje aumentaba a casi 33%.
Por eso desde noviembre de 2015, los chefs Cristina Martinez y Benjamin Miller ( reconocidos recientemente por la inclusión de su restaurante en la lista de los mejores del país según una revista especializada) empezaron a organizar cenas en Filadelfia con el objetivo de abrir la discusión en torno a la problemática —que consideran insostenible— de los trabajadores indocumentados de la industria restaurantera de EEUU.
A ellas asisten cocineros, lavaplatos, chefs, dueños de restaurantes, abogados migratorios e incluso funcionarios de gobierno, y hasta ahora han conseguido que cada vez más chefs y restauranteros de Filadelfia apoyen a sus compañeros indocumentados, que por no tener papeles son discriminados, abusados laboralmente y reciben represalias por intentar reivindicar cualquier derecho; por si eso fuera poco, consideran los chefs, se suma que su circunstancia los obliga a dejar de ver a sus familias por años y a vivir con miedo a ser deportados permanentemente.
La estrategia de #Right2Work es usar el poder económico social y político de la industria restaurantera en este país para, literalmente, poner en la mesa una discusión que eventualmente pueda conducir a un cambio en la política migratoria de EEUU, dando a los inmigrantes el derecho a trabajar a cambio de la obligación que ya tienen de pagar impuestos.
La cena del 1 de Mayo en Downton Art, en Nueva York, es la primera que organiza #Right2Work fuera de Filadelfia, en aras de dar fuerza nacional a su movimiento y presionar a la industria restaurantera estadounidense a hacer una revisión cabal de lo que no funciona en sus políticas de trabajo para buscarle solución.
Los cocineros no tienen los mismos derechos que los comensales
Célebres chefs han manifestado recientemente posturas que reconocen el valor del trabajo de los indocumentados en la industria restaurantera. Entre los más reconocidos está el español José Andrés, que dijo: “No pueden estar un congresista y un senador en el Capitolio comiéndose una ensalada que ha sido recogida por un granjero que no tiene papeles. Eso es lo que es ilegal, no que el granjero no tenga papeles, sino que los congresistas se estén comiendo la ensalada en el Capitolio y que esos mismos senadores no le den la opción a estos señores de que sean parte de esta sociedad”.
Anthony Bourdain, por su parte, fue de los primeros en llamar la atención sobre este problema. El famoso chef, escritor y presentador lleva al menos 10 años defendiendo a los indocumentados y diciendo que casi no hay estadounidenses blancos que vayan a las cocinas a pedir los empleos más arduos (lavaplatos, garrotero o preparador): “Todos en la industria lo saben. Es innegable. El trabajo ilegal —de mexicanos, salvadoreños y ecuatorianos en particular— es la espina dorsal de la industria de servicio y hospitalidad”.











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