Eran trabajadores, buenos compañeros y hombres dedicados a sus familias. Cada día hacían que los trenes funcionaran y nunca pararan, ni siquiera durante la pandemia. Así recuerdan familiares y compañeros a las nueve víctimas mortales del tiroteo ocurrido el miércoles por la mañana en un patio de la Autoridad Ferroviaria del Valle de Santa Clara (VTA, por sus siglas en inglés)
Así recuerdan a las nueve víctimas del tiroteo de San José
Los fallecidos eran operadores de autobús y tren ligero, mecánicos, operarios y un superintendente adjunto de la Autoridad Ferroviaria del Valle. Sus edaded oscilaban entre los 29 y los 63 años y tenían orígenes diversos, desde México hasta India.

Las víctimas, muchas de ellas empleados veteranos de la agencia de transportes, fueron identificadas como:
- Paul Delacruz Megia, 42 años
- Taptejdeep Singh, 36 años
- Adrián Balleza, 29 años
- José Dejesús Hernández III, 35 años
- Timothy Michael Romo, 49 años
- Michael Joseph Rudometkin, 40 años
- Abdolvahab Alaghmandan, 63 años
- Lars Kepler Lane, 63 años
- Alex Ward Fritch, de 49 años
Los fallecidos eran operadores de autobús y tren ligero, mecánicos, operarios y un superintendente adjunto. Su edad oscila entre los 29 y los 63 años. Muchos eran padres y dejan viudas e hijos huérfanos. Al menos dos de ellos eran hispanos.
El autor de los disparos fue identificado como Sam Cassidy, de 57 años, trabajador de mantenimiento de VTA. Se quitó la vida cuando la policía llegó al lugar, sin enfrentarse a los agentes.
Los trabajadores estaban en una reunión de un sindicato cuando comenzaron los disparos, indicó la agencia AP. En ese momento había unas cuarenta personas en la empresa.
Las víctimas fueron encontradas baleadas en dos edificios diferentes del complejo. El alcalde de San José, Sam Liccardo, dijo que “estaba claro que las víctimas eran colegas que el atacante conocía bien”.
Una escena "desgarradora"
James Kostmayer, empleado del condado de San José que trabaja en el edificio donde las familias esperaban noticias sobre sus seres queridos, dijo al diario The New York Times que la escena en el interior era "desgarradora."
"Se podían oír los gritos y los llantos de las familias" desde el ascensor, dijo Kostmayer, que escuchó "a una madre gritando: 'Mi hijo, mi hijo'".
La compañía de transporte emitió un breve comunicado titulado "Nuestros corazones está rotos", en el que se solidariza con los familiares de las víctimas. "No tenemos palabras para expresar el peso de este momento", dice la empresa.

















