Presionados por el presidente Donald Trump, que quiere una vacuna antes del 3 de noviembre, los jefes de nueve de las mayores farmaceúticas de Estados Unidos respondieron en un comunicado este martes que no apresurarán la aprobación federal de una inyección hasta que esta sea segura y eficaz para ser aplicada.
Presionados por Trump, farmacéuticas responden que la vacuna de covid-19 será usada cuando sea "segura y eficaz"
Dada a la urgencia del mandatario por tener una vacuna antes de las elecciones, nueve jefes de las mayores farmaceúticas de EEUU dijeron en un comunicado que la puesta en marcha de una vacuna no será apresurada por la campaña política.

"Creemos que este compromiso ayudará a mantener la confianza de la gente en el riguroso proceso científico y regulatorio por el que las vacunas contra el covid-19 son evaluadas hasta que puedan ser aprobadas", dijeron en una postura conjunta.
Entre las farmaceúticas que se juntaron están AstraZeneca, Johnson & Johnson, Merck, Moderna, y Novavax, así como Pfizer y BioNTech, y Sanofi y GlaxoSmithKline, cada par con proyectos de vacuna que evalúan en equipo.
Las empresas aseguran en su comunicado que solo avanzarán en la aprobación y utilización "hasta que se haya demostrado que son seguras y eficaces en un estudio clínico en la fase 3", bajo los estándares de aprobación de la agencia de Administración de Alimentos y Drogas (FDA). Prometieron además que su "prioridad máxima" es el "bienestar de las personas que se apliquen la vacuna".
En una fase 3, al menos 30,000 personas deben ser sujetos de prueba para solicitar la aprobación de la inyección y que pueda ser usada a modo de emergencia. Según explican distintos medios, estos ensayos pueden tardar años en completarse y requieren de un seguimiento para determinar cuánto tiempo dura la protección de la enfermedad en una persona que es vacunada.
La idea de tener una vacuna antes de finales de año ha inyectado mayor controversia en la campaña electoral. Este fin de semana Trump acusó a su rival en la contienda, al demócrata Joe Biden, de "menospreciar" por intereses políticos la posibilidad de que un antídoto pueda estar listo antes de noviembre. Lo llamó "estúpido". Mientras, Biden y su candidata a vicepresidente, Kamala Harris, criticaron que la presión política proveniente de la Casa Blanca pudiera acelerar la aprobación de un tratamiento sin el suficiente aval científico.
Una encuesta de CBS News publicada este domingo mostró que el porcentaje de estadounidenses dispuestos a recibir una vacuna contra el covid-19 lo antes posible bajó de 32% a finales de julio a 21% en la última medición. La mayoría prefiere esperar a conocer los efectos antes de recibir el antídoto. Según la encuesta, dos tercios de los votantes piensan que si se anunciara una vacuna este año, sería porque ha sido aprobada apresuradamente.
Amesh Adalja, investigador principal del Centro de Seguridad Sanitaria de la Universidad Johns Hopkins, dijo al diario The Washington Post que las presiones por una vacuna “simplemente reflejan (...) una intromisión política desde el principio en esta respuesta a la pandemia”.
Citó entonces la apresurada autorización para el uso de emergencia de la hidroxicloroquina por parte de la FDA. Esa autorización se canceló en junio después de que los ensayos clínicos demostraran que no proporcionaba ningún beneficio sino que aumentaba potencialmente los riesgos de efectos secundarios, como arritmias cardíacas mortales.
Las farmaceúticas, de su parte, defienden en su comunicado a la FDA: "Los criterios de la FDA se basan en los principios científicos y médicos necesarios para demostrar claramente la seguridad y eficacia de las posibles vacunas covid-19", aseguran. "Más específicamente, la agencia solicita que la evidencia científica para la aprobación regulatoria provenga de ensayos clínicos grandes, de alta calidad, aleatorios (...) con la expectativa de estudios diseñados apropiadamente con un número significativo de participantes en diversas poblaciones".



























