"No mates a la abuelita": las campañas que intentan frenar los rebrotes de covid-19 en todo el mundo

Las imágenes de las fiestas masivas en la ciudad china de Wuhan, la “zona cero” del coronavirus dan la medida de las desquiciantes contradicciones en los seis últimos meses. Wuhan no ha informado de momento de nuevos casos de coronavirus, pero el exceso de confianza ya ha supuesto rebrotes en muchas otras grandes ciudades.

Video De calles vacías a fiestas multitudinarias: las imágenes de Wuhan que despiertan la controversia

Los videos y fotografías de miles de personas en bañador apelotonadas en el agua y relajándose en flotadores gigantes en el parque acuático Maya Beach, donde se celebró el fin de semana un festival de música electrónica sin ningún tipo de precaución, representan un contraste gigantesco con las calles desiertas del mes de enero, cuando entró en vigor el cierre de la ciudad de Wuhan, zona cero del coronavirus.

En aquel momento produjo asombro aquel estricto cierre; 11 millones de ciudadanos quedaron literalmente acordonados en sus casas durante 76 días, sin transporte público y sin poder salir a la calle ni siquiera para comprar alimentos (solo podían aprovisionarse con grandes restricciones). Seis meses después, asistimos al extremo opuesto. Si bien es cierto que no se han reportado nuevos casos de covid-19 en Wuhan desde mayo (cuando se reportaron seis casos en una residencia), las imágenes de este encuentro multitudinario causan estupor.

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La llegada del verano parece haber producido una sensación de seguridad (falsa, si nos atenemos a las cifras de nuevas infecciones en todo el mundo). En Europa, el reporte de nuevas infecciones hace pensar en un retroceso notable tras el importante esfuerzo y sacrificio que supusieron las medidas de confinamiento en primavera.

España, donde se implantaron las medidas de confinamiento más estrictas de Europa (se prohibió incluso salir a hacer deporte) se ha convertido en el país europeo con más positivos por población en los últimos 14 días. En Madrid, la capital, se han duplicado los casos cada semana. A pesar de ello, el fin de semana se celebró una controvertida manifestación antimascarilla que reunió a un millar de personas en protesta por el uso obligatorio de los tapabocas siguiendo una convocatoria promovida, entre otros, por el cantante Miguel Bosé.


Mientras tanto, en Barcelona la policía desalojó a 5,500 personas por consumir alcohol en la vía pública, según fuentes del ayuntamiento de esta ciudad, donde se han registrado numerosos rebrotes este verano.

Grecia se convirtió en un ejemplo de éxito durante los primeros meses de pandemia, gracias principalmente a la celeridad con que el gobierno cerró sus fronteras. Pero el país usó su condición de zona limpia de coronavirus como reclamo turístico, y el precio a pagar puede ser alto: ya se habla de una segunda ola. Las autoridades sanitarias, que han impuesto un toque de queda nocturno en bares y restaurantes de los principales destinos turísticos, atribuyen gran parte de las nuevas infecciones a las fiestas de bodas y al hecho de que la gente ignora la distancia social y otras medidas de protección mientras están de vacaciones.

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"No mates a la abuelita"

En Reino Unido, mientras tanto, donde se superó el martes la barrera de los 1,000 nuevos casos por octava vez en 10 días, es representativa la situación en la ciudad de Preston, que sufrió un confinamiento selectivo tras un importante incremento de casos entre menores de 30 años que las autoridades han achacado a los bares nocturnos y las reuniones de amigos en hogares.

La ciudad lanzó el mensaje Don’t Kill Granny (No mates a la abuelita) para que cale la idea de que los asintomáticos pueden transmitirle la enfermedad a los ciudadanos más vulnerables. “Los jóvenes son inevitablemente los ciudadanos con menos miedo e insisten en seguir con sus aventuras fuera de casa”, declaró Adrian Phillips, presidente ejecutivo del Consejo de Preston City, a la BBC. “Sabemos que son ellos los principales portadores del virus, los que más probabilidades tienen en estos momentos. A menudo tienen pocos síntomas, pero se llevan el virus de vuelta a casa. Pensamos que la transmisión comunitaria que estamos viendo se debe a jóvenes que cogen el virus y se lo llevan a casa”.

Jóvenes bailan en una fiesta alternativa en el Parque Nacional Cevennes, en el sur de Francia, el pasado 10 de agosto, en un encuentro que reunió a 10,000 personas.
Jóvenes bailan en una fiesta alternativa en el Parque Nacional Cevennes, en el sur de Francia, el pasado 10 de agosto, en un encuentro que reunió a 10,000 personas.
Imagen PASCAL GUYOT/AFP via Getty Images


En Francia también se han reforzado las restricciones a las reuniones sociales y se está haciendo más hincapié en el uso de la mascarilla después de que la cifra de nuevos casos de coronavirus llegara a 785, mientras que Alemania registró el miércoles más de 1.500 contagios en un día por primera vez en tres meses.

La problemática se repite de forma similar fuera de Europa.

En Seúl, donde la resurgencia del virus ha sido un mazazo en un país alabado por su gestión ejemplar de la crisis, han surgdo brotes asociados a clubes nocturnos, mientras que en Estados Unidos también apuntan a las fiestas como uno de los principales motivo del aumento de los casos. “Este tipo de fiestas en las que la gente no lleva mascarilla son nuestra principal fuente de contagios”, dijo Erika Lautenbach, directora del Departamento de Sanidad del Condado de Whatcom (en estado de Washington) en declaraciones al NPR.

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