La paz seguirá siendo incierta

Cinco décadas donde el dolor y el terror de miles de colombianos fueron certezas ineludibles no alcanzaron para convencer a una mayoría de que la incertidumbre no era una opción válida.

Reacciones tras el plebiscito de Colombia
Reacciones tras el plebiscito de Colombia
Imagen Getty Images

Por Kevin Mills*

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Incertidumbre. Después de 52 años de guerra, miles de muertos y una cantidad incontable de desplazados, hoy los colombianos decidimos votar por un futuro de incertidumbre para la paz del país.

Cinco décadas donde el dolor y el terror de miles de colombianos fueron certezas ineludibles no alcanzaron para convencer a una mayoría de que la incertidumbre no era una opción válida.

A mí la guerra nunca me tocó de cerca. Nunca perdí un familiar cercano o un amigo en combate, nunca un ser querido fue secuestrado. Yo viví la guerra mediante una serie interminable de noticias en televisión, de columnas de opinión en los periódicos y de crónicas en revistas semanales. Para mí la guerra eran cifras y datos, conjeturas políticas y debates nocturnos con amigos sobre cómo llevarla a su fin.

Podían pasar meses enteros sin que pensara en el conflicto. La mente crea mecanismos que bloquean todo aquello que parece rutinario.

Desafortunadamente, las muertes y las masacres caían dentro de las rutinas diarias y eran objeto de desdén para los que teníamos la suerte de vivirlas de lejos.

Pero de vez en cuando ocurrían acontecimientos tan atroces que nos recordaban que la realidad del país no era digna de olvido. El 2 de mayo de 2002, 119 personas murieron en el municipio de Bojayá, Chocó, cuando fuerzas de las Farc detonaron un cilindro bomba en una iglesia donde se habían refugiado cerca de 300 habitantes de la localidad. Entre los muertos, muchos eran niños.

Con noticias así la guerra salía de su letargo y me recordaba que muchos estaban muriendo de forma absurda en lugares del país donde el combate era una rutina imposible de ignorar. Allá la guerra era certeza.

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Hoy el municipio de Bojayá votó en un 95% por el 'sí'. De forma similar una gran mayoría de zonas afectadas por el conflicto votaron por ratificar el acuerdo de paz. Para ellos la incertidumbre no era una opción. No lo era porque llevan muchos años viviendo de cerca con la certeza de la muerte y el dolor. Ellos no tienen el lujo de olvidar la guerra por un solo día, mucho menos por meses enteros.

Y, sin embargo, la mayoría del país votó por el 'no'. En consecuencia, mañana la paz lejos de ser una certeza será otra vez más lo que lleva siendo 52 años: una idea incierta que no sabemos cuándo llegará.

* Kevin Mills es vicepresidente de estrategia digital en Univision