Los gritos de campaña de Donald Trump resuenan ahora en Canadá

"Enciérrenla", el cántico de los seguidores del republicano cuando se referían a Hillary Clinton fue usado por un grupo de simpatizantes conservadores contra la primera ministra de una provincia canadiense.

Para los seguidores de Trump, Clinton era "el diablo".
Para los seguidores de Trump, Clinton era "el diablo".
Imagen Drew Angerer/Getty Images

La influencia de Donald Trump en la escena mundial está aún por verse, pero por lo pronto en Canadá se sintió de pronto el efecto de la exportación de una de sus más polémicas frases de campaña: “Enciérrenla” (Lock her up), uno de los gritos de guerra de los partidarios del republicano cada vez que se referían a Hillary Clinton.

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La primer ministra de la provincia de Alberta, Rachel Notley, del Nuevo Partido Democrático, recibió el mismo tratamiento durante una manifestación a las afueras de la legislatura regional este sábado por parte de un grupo de opositores de derecha contrarios a un proyecto de impuesto al carbón.

Durante la campaña en EEUU, el “enciérrenla” era dirigido a Clinton, quien estaba bajo una investigación del FBI por el uso de sus correos electrónicos durante su época en el Departamento de Estado que, de haber encontrado responsabilidad criminal, podría haberle significado ir a un juico.

En el caso canadiense, los cánticos surgieron cuando el líder conservador Chris Alexander, un exministro de Inmigración, cuestionaba la iniciativa de Noley. Y aunque dijo después estar “mortificado e impactado” por el uso de la frase, recibió muchas críticas por no desautorizar al grupo que la usó.

Alexander aseguró luego a la Canadian Broadcast Corporation (CBC) que estuvo tratando de “encontrar el momento para interrumpir con lo que pensaba que era la conclusión real sobre lo que se trataba la discusión” y explicó que él quería cambiar el cántico a “Vote her out” (Sáquenla con votos).

La jefa interina del Partido Conservador, Rona Ambrose, condenó el incidente por “inapropiado y falto de originalidad” y agregó que “no encerramos a gente en Canadá por malas políticas, las sacamos con elecciones (…) No sé qué decir. Es gente actuando como idiotas”.

Pero Noley no enfrenta ningún tipo de procesamiento judicial, más allá de la antipatía que le demuestran sus críticos y algunas amenazas contra su integridad física desde que fue elegida en 2015.

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En cuanto a Clinton, el FBI determinó finalmente que no había razones para sugerir al Departamento de Justicia que iniciara una investigación criminal, pese a lo cual los partidarios de Trump siguieron pidiendo el encarcelamiento de Clinton.

La semana previa a la campaña, el director del FBI, james Crownley, sacudió al mundo político anunciando que añadiría nuevos emails a la investigación original que estaba cerrada, algo que fue criticado como una movida con intenciones políticas por parte de la campaña demócrata.