Después de una polémica reunión de la OTAN donde exigió a sus aliados a aumentar el gasto en defensa, atacó a Alemania y criticó a Barack Obama, el presidente de EEUU llega a un Londres agitado con la renuncia de dos ministros. El viaje de cuatro días incluirá conversaciones con la primera ministra Theresa May, té con la reina Isabel II, un fin de semana privado en Escocia y numerosas protestas.