Decubrieron tres nuevas especies de sapos en EEUU y al menos una podrían estar en peligro de extinción

¿Cuándo fue la última vez que viste un sapo? Es fácil olvidar que millones de especies no clasificadas (muchas de ellas diminutas) aún comparten el planeta con nosotros. El descubrimiento de tres nuevas especies de sapos en Nevada es un recordatorio de la notable biodiversidad que aún se esconde en rincones y recovecos de todo Estados Unidos y un aviso de cómo el impacto humano está poniendo en riesgo incluso la supervivencia de especies que ni siquiera han sido descubiertas oficialmente.

Las tres nuevas especies de sapos – el sapo del valle de Dixie, el sapo del Railroad Valley y el sapo de Hot Creek– fueron descubiertas en la Gran Cuenca de Nevada como parte de un estudio del fondo de un antiguo lago.

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Según el anuncio, los descubrimientos de nuevos anfibios en los Estados Unidos son extremadamente raros y la última especie de sapo que se descubrió en suelo estadounidense fue el ahora extinto sapo de Wyoming en 1968.

A los investigadores les preocupa que al menos una de las nuevas especies, el sapo del Valle de Dixie, esté en peligro de enfrentar el desafortunado destino del sapo de Wyoming en un futuro próximo. Ellos están especialmente preocupados por el impacto que la construcción de una planta de energía geotérmica en el único hábitat de aguas termales alimentado por primavera -que, aunque es de sólo unos cuantos kilómetros cuadrados- podría tener sobre toda esta especie.

El desarrollo de la planta de energía, que está siendo revisado por la Oficina de Gestión de Tierras para determinar el riesgo potencial para este sapo, bombearía casi 46.000 acres-pies de agua por año desde el depósito geotérmico subterráneo natural. Un acre-pie normalmente es una unidad de volumen usada en los Estados Unidos como referencia a los recursos de agua de gran potencia, como los depósitos, acueductos, canales, capacidad de flujo de cloaca, y flujos de río.

Esta planta de energía podría interrumpir seriamente los flujos de agua subterránea y, posiblemente, drenar el hábitat de los humedales ya limitados del sapo del Valle de Dixie.

"Si esta planta de energía se construye y el hábitat se seca, esta especie descubierta recientemente podría extinguirse", advirtió Dick Tracy, profesor de Biología de la Universidad de Nevada, Reno.

"Sería entonces una buena candidata para incluir en la lista de Ley para la protección de especies en peligro de extinción (ESA por sus siglas en inglés)", asegura Tracy, científico principal del proyecto. Esta lista fue aprobada bajo Richard Nixon en 1973, y la segunda especie enlistada bajo la nueva ley fue el llamado sapo de Houston.

“Hay un conflicto intenso entre el promover el comercio o los recursos biológicos y tenemos que buscar compromisos para que, si este proyecto continúa, no cause daño a los sapos", enfatizó.

El Centro para la Diversidad Biológica ha tomado nota de la situación del sapo y está organizando recursos para asegurar la supervivencia del animal recién descubierto. El grupo de conservación ya reunió más de 1,000 cartas al Bureau of Land Management pidiendo a la agencia que reconsiderara el permiso emitido para el desarrollo de esta planta de energía.

"Estoy emocionado de oír sobre el descubrimiento de este nuevo sapo, ya que aumenta nuestro conocimiento sobre la gran diversidad de anfibios que tenemos en este país. Pero al mismo tiempo, estoy preocupado por su supervivencia", dijo Jenny Loda, científico abocado a la protección de anfibios y reptiles y abogado de este centro de investigación.

Los anfibios son algunos de los animales más amenazados del planeta, ya que sus hábitats disminuyen y su número es devastado por la enfermedad. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), de las 6,260 especies de anfibios evaluadas, casi un tercio de las especies, o unas 2,000 especies, están globalmente amenazadas o extinguidas. Más de la mitad de todas las especies de anfibios están en declive. Un estudio reciente encontró que dos tercios de las áreas con la más rica diversidad de especies de ranas y salamandras en el planeta se verán afectadas en el 2080 por el cambio climático, la pérdida de hábitat o el ataque de hongos que se pegan a su piel y los asfixian.

Así que tal vez los sapos de Nevada tienen la estrategia correcta al buscar sobrevivir en en algunos de los hábitats de anfibios más remotos y ocultos de los que se conocen.

El descubrimiento de los tres nuevos sapos, cuyos resultados fueron publicados en la revista Zootaxa, fue el resultado de una encuesta de 10 años realizada por investigadores de la Universidad de Nevada, Reno y el Colegio Paul Smith.

Los tres sapos son de tamaño pequeño, unas aproximadamente dos pulgadas de largo y son ligeramente diferentes en coloración. Han estado aislados de otras poblaciones por más de 650,000 años -calculan los científicos- y son nativos de la Gran Cuenca de Nevada, que antes de convertirse en una de las regiones más áridas de los Estados Unidos, alguna vez estuvo cubierta por grandes pantanos y lagos gigantes.