En un estudio sobre el comportamiento de animales carroñeros, investigadores de la Universidad de Utah ‘plantaron’ siete cadáveres de vacas en el Desierto de la Gran Cuenca de este mismo estado e instalaron cámaras frente a los mismos para ver qué animales se acercaban y qué hacían con ellos.
Capturan imágenes de cómo un tejón glotón hizo desaparecer una vaca en 5 días
Este sorprendente comportamiento de los tejones americanos nunca antes se había observado.
Para su sorpresa, al regresar unos días más tarde, una de las vacas simplemente había desaparecido. Evan Buechley, investigador principal del proyecto, explica su reacción: “Al principio estaba desilusionado porque no estaba el cadáver ¡y había tomado mucho trabajo ponerlos allí para el estudio!”.
Al revisar el material grabado, los científicos descubrieron algo totalmente inesperado… Un tejón, un animalito de apenas 16 libras, había enterrado la vaca completa, allí mismo donde se la había encontrado.

Los tejones americanos (Taxidea taxus) son mamíferos omnívoros nocturnos. Son criaturas parientes de las nutrias y hurones. Estos animales de cuerpo aplanado y patas cortas suelen alimentarse de pequeñas presas que entierran para esconder y preservar... O al menos eso es lo que se creía hasta ahora.
Aunque se conoce que los tejones recolectan carroña y que acostumbran enterrar pequeños elementos de comidas, nunca se había registrado algo de esta magnitud.
Aunque pequeña, la vaca que este mamífero enterró laboriosamente y a lo largo de cinco días y noches -con tan solo cortos descansos para dormir y alimentarse- pesaba alrededor de cuatro veces más que él.
“Si los hurones son capaces de enterrar un ternero de este tamaño, probablemente son capaces de hacerlo con prácticamente cualquier animal de Norteamérica”, reflexiona Buechley.
Además, el científico comparte que evidentemente esto no es un caso aislado. De hecho, en otro de los sitios del experimento otro tejón enterró casi por completo otra de las vacas del estudio, “lo que indica que este no fue un comportamiento errático sino que debe ser algo más común. Eso fue sorprendente” nos dice el investigador.
Tras enterrar a semejante banquete, el tejón construyó una nueva guarida justo a su lado y pasó 11 días consecutivos bajo tierra comiendo y durmiendo. Luego abandonó el sitio a los 52 días.

“Al enterrar el cadáver, el tejón lo estaba monopolizando así otros carroñeros (buitres, águilas, coyotes, etc.) no podrían acceder a él, y también al ponerlo bajo tierra se mantendría fresco y se preservaría por más tiempo - ¡como ponerlo en el refrigerador!”.
“Como esto ocurrió en el invierno, la temperatura bajo tierra debía estar cercana a helada la mayor parte del tiempo y el cadáver seguramente ni se pudriría. Las fotos indican que el tejón seguramente se alimentó de la vaca por más de un mes y muy probablemente consumió toda la carne disponible a lo largo de ese tiempo”.
Este comportamiento podría tener un rol importante en el ciclo de nutrientes de los suelos a lo largo de Norteamérica, y el enterrar cadáveres de animales enfermos incluso podría proveer un gran servicio sanitario a los rancheros cercanos.
“Podrían ayudar a regular enfermedades al remover rápidamente del medio ambiente a los cadáveres enfermos y así ayudar a prevenir la diseminación de enfermedades y reducir las poblaciones de insectos pestilentes como moscas, etc.”




















