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14 fotos espectaculares de uno de los sitios más prístinos del planeta
La isla del Coco de Costa Rica, protegida como parque nacional desde hace 40 años, fue decretada como Patrimonio Natural de la Humanidad hace ya 20. Hoy es uno de los lugares más prístinos que se conservan con miles de especies en tierra, agua y aire. Con la intención de honrar la belleza y biodiversidad de esta isla, más de 19 fotógrafos, se dieron a la tarea de retratarla en un nuevo libro de Ojalá Ediciones. Los fondos que se recauden de su venta serán empleados por expertos de la Universidad de Costa Rica para continuar las investigaciones en la isla sobre contaminación, migración de especies, arrecifes y cambio climático, entre otros.
La Isla del Coco fue descubierta en 1526 por el navegante español Johan Cabeças. Se localiza en la parte central del Pacífico Oriental frente al Golfo de Panamá, a 332 millas de la costa Pacífica de Costa Rica.
Fotografia de Kip Evans/ Imágenes cedidas por Ojalá EdicionesGracias a su lejanía de la civilización, en el sitio hay una gran diversidad de vida silvestre y marina. Como también hay abundantes ríos con agua potable, durante los siglos XVII y XVIII albergó embarcaciones de piratas, que la utilizaron como reserva de comida, agua y madera.
Fotografia de Frank Baensch/ Imágenes cedidas por Ojalá EdicionesCientíficos e investigadores de múltiples disciplinas y nacionalidades utilizan esta isla como una estación de investigación permanente, convirtiéndola en uno de los laboratorios biológicos más grandes y apreciados del mundo.
Fotografia de Avi Klapfer/ Imágenes cedidas por Ojalá EdicionesAunque es mucho más conocida por la enorme abundancia de depredadores como tiburones, en la isla se han identificado alrededor de 235 especies de plantas, 400 de insectos y 5 de reptiles, 3 de arañas, 100 de aves y 250 de peces.
Fotografia de Alberto Muñoz/ Imágenes cedidas por Ojalá EdicionesLa vegetación predominante en la isla incluye árboles de gran tamaño como el Copey, el palo de hierro y la palma. Hay también multitud de helechos y bromelias. La Isla es Patrimonio Natural de la Humanidad desde 1997 y en 1999 fue incluida en la lista de Humedales Ramsar de Importancia Internacional.
Fotografia de Felipe López Pozuelo/ Imágenes cedidas por Ojalá EdicionesSegún estudios hechos en alianza con Nat Geo, en una sola hectárea de agua del parque isla del Coco es posible detectar al menos siete toneladas de peces y otras especies marinas, como tortugas o rayas.
Fotografía de Shmulik Blum/ Imágenes cedidas por Ojalá EdicionesMás del 50% de especies por hectárea de agua son depredadores como los tiburones, lo que para los científicos es indicador de que el ecosistema está en perfecto equilibrio, pues da albergue y sustento a estos enormes peces y favorece el ciclo de la vida.
Fotografía de Diego Mejía/ Imágenes cedidas por Ojalá EdicionesEspecies muy poco o nada conocidas se aprecian con frecuencia en este sitio. Los investigadores de este país aseguran que para Costa Rica, la Isla del Coco es como una cuenta de ahorros. Un capital que no se toca desde hace 30 años y que ofrece hoy beneficios naturales y económicos.
Fotografía de Cristiano Paoli/ Imágenes cedidas por Ojalá EdicionesLa isla es un paraíso que nació hace 2.5 millones de años, un tesoro oceánico que millones reverencian pero que solo unos pocos conocen y muchos menos protegen.
Fotografía de Shmulik Blum/ Imágenes cedidas por Ojalá EdicionesBuzos de todo el mundo (más de 1,500 por año) llegan diariamente a sumergirse para ver las bellezas naturales submarinas y pagan entre $2,000 y $4,000 por el privilegio. Casi ninguno es costarricense. Solo uno de cada 5,000 ticos ha estado allá.
Fotografía de Edwar Herrero/ Imágenes cedidas por Ojalá EdicionesEl área terrestre de la Isla es de 9 millas cuadradas (23.85 km cuadrados), y el área de ecosistemas marinos protegidos es de 770 millas cuadradas (1,997 km cuadrados). La costa rocosa se encuentra rodeado por acantilados de hasta 600 pies de altura (183 metros).
Fotografía de Carlos Manuel Uribe/ Imágenes cedidas por Ojalá EdicionesEn el cielo, miles de aves blancas forman una especie de enjambre y, en tierra, cientos de especies ignoran la existencia de un mundo civilizado y viven allí, como si el tiempo se hubiera detenido milenios atrás.
Fotografía de Pepe Manzanilla/ Imágenes cedidas por Ojalá Ediciones“El libro pretende retratar lo que sienten las personas al llegar a este lugar y las experiencias que se pueden vivir explorándola sobre y bajo el agua. Es un libro que engloba la historia de este lugar por donde han pasado desde grandes exploradores hasta balleneros y piratas”. dijo Luciano Capelli de Ojalá Ediciones.
Fotografia de Shmulik Blum/ Imágenes cedidas por Ojalá Ediciones