WASHINGTON DC.- El candidato presidencial republicano, Donald Trump, demostró este fin de semana que ni siquiera ante los padres de un militar caído es capaz de controlar su insolencia.
Trump, el innombrable
“Trump actúa como un matón de barrio que ataca a la menor provocación. Es demasiado sensible a la crítica; carece de la coraza que requiere alguien que aspira a la presidencia de Estados Unidos, que será criticado a diestra y siniestra en ámbitos doméstico e internacional”.


Khizr Khan, padre del capitán Hamayun Khan, quien murió en 2004 en Irak, pronunció quizá el discurso más memorable y celebrado de la Convención Nacional Demócrata en Filadelfia. Khan denunció las propuestas prejuiciosas de Trump, le dijo que nunca ha sacrificado nada ni nadie y le ofreció a Trump su copia de la Constitución para que la leyera.
Trump arremetió contra Khan, pero particularmente contra su esposa Ghazala Khan, quien durante el discurso de su esposo y con una foto de su hijo reflejada en una enorme pantalla a sus espaldas, no ocultaba el dolor que la acompaña.
Haciendo honor a su prejuicio, a Trump le pareció muy sencillo irse en contra de Ghazala diciendo que no pronunció una palabra durante el discurso de su esposo quizá porque al ser una musulmana “no le estaba permitido” hablar. Y fue más allá diciendo que el padre del soldado caído "no tiene derecho" a referirse a él del modo que lo hizo.
En entrevista con ABC, Trump dijo que él sí ha hecho sacrificios porque ha creado miles de empleos.
En lugar de respetar el dolor de la familia y sobre todo tratándose de un tema que en este país es sagrado, honrar a sus militares, Trump pudo tomar la ruta honorable: reconocer la heroica hazaña del joven Khan, que sacrificó su vida para salvar a su batallón, y respetar el dolor de los padres.
Pero como carece de autocontrol, optó por atacar a los Khan.
Trump actúa como un matón de barrio que ataca a la menor provocación. Es demasiado sensible a la crítica; carece de la coraza que requiere alguien que aspira a la presidencia de Estados Unidos, que será criticado a diestra y siniestra en ámbitos doméstico e internacional. Todo lo resuelve con tuits o destilando veneno.
¿Y dónde están los líderes republicanos del Congreso? El presidente de la Cámara Baja, Paul Ryan, y el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, giraron comunicados de prensa reconociendo el sacrificio del Capitán Khan y de sus padres, pero lo hicieron obviando algo: condenar a Trump o siquiera nombrarlo.
Parece que creen que no mencionar a Trump, de alguna forma evade que el Partido Republicano es ahora dirigido por un megalómano incapaz de sentir empatía por nadie, incluyendo a los padres de un soldado caído.
Creen que al no mencionarlo pueden lavarse las manos y que nadie pensará que Trump y ellos son la misma cosa. Pero lo son. Al apoyar a Trump abrazan sus excesos y su agenda de odio.
Trump, el innombrable, tiene el "alma oscura", como dijo Khizr Khan. Y el liderazgo republicano, al apoyarlo, le sigue los pasitos muy de cerca.
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