Toda la familia tiene que prepararse para el comienzo de la escuela

Durante mi carrera como educador, cientos de madres y padres me han preguntado y preguntan: ¿cree que mi hija/o está preparada/o para empezar la escuela? Antes de responder a su pregunta, siempre les hago otra: ¿están ustedes preparadas/os para empezar la escuela? El motivo de mi pregunta es que el ir a la escuela no es una tarea que la niña o el niño hacen en solitario.

Ir a la escuela es una oportunidad y un esfuerzo que la familia tiene que afrontar como equipo. Hay que prepararse cada día para estar al cien por cien una vez se llega al salón del clase. El estudiante tiene que dormir como mínimo ocho horas. El uso de electrónicos: ordenadores, televisión, teléfonos celulares, etc., debe ser controlado y limitado. Hay que asegurarse de que el estudiante tenga un espacio para hacer su tarea de un modo confortable y productivo. Una dieta balanceada ayuda a que no solo el estudiante sino toda la familia tenga energía para trabajar, aprender y, lo más importante, disfrutar de la educación.

Empezar la escuela debería implicar nuevas ilusiones y ganas. Desafortunadamente, cuando hablo con los estudiantes algunos me dicen que van a la escuela porque tienen que ir, no porque les gusta ir. Cuando reflexiono sobre estos comentarios me pregunto cuál es el motivo de ese desgano. Si tuviese que dar un consejo a las familias para cambiar este desánimo, sería este: siéntense con sus hijas/os y hablen con ellos sobre los retos, temores y posibilidades que brinda la educación. Háganlos sentirse orgullosas/os de quiénes son, de las lenguas en que se expresan (español, inglés, zapoteco, mixteco, ¡nahuatl), de las culturas que representan. El estudiante que está orgullosa/o de sí mismo está mejor preparado para preguntar, escuchar, leer, escribir y platicar de una manera activa y con respeto. Como dijo Benito Juárez: “el diálogo es fundamental para la paz.”

Las familias que fomentan el respeto y el cariño en casa están educando a sus hijas/os para ser modelos de esa paz que se necesita para aprender en las escuelas. La educación, cuando es efectiva, crea ciudadanos que participan y se apoyan mutuamente. Hoy, más que nunca, necesitamos que la educación sea el referente de una sociedad inclusiva, multilingüe y multicultural. El éxito escolar se basa en los valores que se empiezan a generar en la casa. El padre que escucha atentamente, la madre que habla con dulzura, el hermano y la hermana que están allí para cuando la tarea se pone difícil, son los cimientos y el sostén que el estudiante puede utilizar como referentes a la hora de socializar y comunicarse con sus compañeras/os.

La educación es un derecho y una responsabilidad que en las familias tienen los unos con los otros. Si nos vamos a preparar para conseguir los objetivos y sueños que trae este nuevo año escolar, debemos empezar por ver cuál es nuestro rol en esta aventura emocionante que se llama ir a la escuela. La energía positiva de cada miembro de la familia va a facilitar que el estudiante empiece el curso con ese anhelo que todos tenemos cuando nos dan algo nuevo.

Cada año escolar que la familia empieza y camina unida es un paso más hacia la felicidad, el amor y el bienestar que todos buscamos. Como nos recuerda Paolo Freire: “la educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor".

¡Empecemos el año escolar con el valor de conquistar lo que es nuestro: una educación de calidad, responsabilidad y cordialidad! Estoy seguro que lo van a conseguir.

Con respeto.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.