Los que apoyan la Ley de Cuidado de Salud Asequible (Obamacare), han comenzado finalmente a aceptar lo que sus críticos han dicho todo el tiempo: este programa simplemente no funciona. Las compañías de seguro están perdiendo dinero y retirando su cobertura a Obamacare en estados de toda la nación. Como resultado, al menos cinco estados tienen ahora solamente una compañía de seguro participando en dicho programa.
La verdadera reforma de salud debería utilizar la competencia para tratar de frenar la escalada de los costos
“Existen muy buenas ideas que pueden llevarnos en la dirección correcta. La expansión de los fondos estatales para casos de alto riesgo puede ayudar a brindar cobertura a esos que aún no la tienen”.

Decenas de miles de personas están perdiendo el seguro de salud, y se ven obligadas a luchar para encontrar una nueva cobertura. Cooperativas sin fines de lucro que costaron miles de millones de dólares a los contribuyentes al establecerse, ahora están cerrando. Las primas y costos de salud para los consumidores han subido en todo el país. Y lo más importante, Gallup reporta que el número de estadounidenses que no tienen atención médica, producto de los costos, es el mismo que antes de que se promulgara la ley.
Esta misma semana, el ex Presidente Bill Clinton dijo a un grupo de personas de Muchigan que Obamacare es “un programa disparatado” en el que millones han ganado cobertura de Medicaid, pero en el que las pequeñas empresas e individuos pagan mucho más obteniendo menos cobertura de salud.
Hasta el presidente Obama reconoció recientemente que su ley más conocida necesita ayuda, y agregó a la New York Magazine que esta ley tiene “problemas serios”. Más frustrante aún es que casi siete años después de haber firmado esta ley, Obama tiene todavía que proponer nuevas medidas legislativas para mejorarla. Como anteriormente ha hecho, se queja de que los Republicanos no mejorarán esta ley, pero él mismo no ha presentado ningún plan para resolver los problemas de la misma.
Por desgracia, las únicas llamadas soluciones que ofrecen los partidarios de esta ley son más de lo mismo. El presidente Obama habló sobre expandir más el Medicaid, mientras que Bill Clinton –al igual que su esposa la Senadora Hillary Clinton– hizo un llamado a permitir que más personas participaran en el costoso sistema de Medicare. Ante una masiva intervención del gobierno en el sistema de salud que al final no está funcionando, sus respuestas son duplicar y añadir más controles gubernamentales y mandatos a la atención de salud de las personas.
La administración de Obama está tratando incluso de expandir el rescate financiero de compañías de seguro con el dinero de los contribuyentes. La ley incluye disposiciones para compensar las compañías de seguro que perdieron dinero en el marco del programa. Pero de acuerdo con la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (Government Accountability Office), el gobierno de Obama le dió la vuelta a la ley para proveer subsidios ilegales a las compañías de seguro que estaban perdiendo dinero.
Los izquierdistas que crearon el Obamacare miran estas pérdidas y concluyen una cosa: el programa necesita más dinero de los contribuyentes. Las cooperativas de seguro están cerrando. Las compañías de seguro que obtienen ganancias en la mayoría de sus negocios, pero que perdieron dinero con las pólizas de Obamacare, necesitan más dinero de los impuestos. Sus propuestas no animan a las compañías a competir con precios más bajos. No buscan formas para que los consumidores estén a cargo de sus propias decisiones para el cuidado de su salud. En cambio, su estrategia es ponerle más dinero al problema, dejándole a los burócratas del gobierno la toma de decisiones de seguro y cobertura de salud para un número cada vez mayor de estadounidenses.
Este es el enfoque equivocado. La verdadera reforma de salud debería utilizar la competencia para tratar de frenar la escalada de los costos. Debería reconocer que cuando los consumidores escogen planes aprobados por el gobierno, en muy raras ocasiones obtienen lo que quieren –y este problema se hace mayor en un sistema cada vez más dominado por planes con altos deducibles. Por encima de todo, deberían poner a los consumidores de nuevo a cargo de sus propias decisiones de atención de la salud, en lugar de poner más poder y más dinero de los contribuyentes en manos de funcionarios del gobierno.
Existen muy buenas ideas que pueden llevarnos en la dirección correcta. La expansión de los fondos estatales para casos de alto riesgo puede ayudar a brindar cobertura a esos que aún no la tienen. La eliminación de las multas contra aquellos que no compran los seguros aprobados por el Obamacare, aumenta las posibilidades de estas personas de encontrar un seguro asequible para sus necesidades. La expansión de las cuentas de ahorro de salud, y el permitir a las personas comprar pólizas de salud en otros Estados tendrían el mismo efecto.
Todas estas son reformas que los legisladores deberían considerar antes de darles más del dinero árduamente ganado por los contribuyentes a compañías que les responden a ellos y no a usted.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.







