No es de sorprender que la gente a menudo se sienta frustrada con Washington DC: están cansados de los funcionarios elegidos que evitan tomar decisiones difíciles. A veces, sin embargo, las cosas se ponen tan mal que no tienen otra opción. Con el Congreso probablemente actuando sobre la legislación para hacer frente a la crisis financiera en Puerto Rico, esto podría ser exactamente lo que está sucediendo.
La enseñanza de Puerto Rico
“La isla se ve perjudicada por las reglas y mandatos de Washington que simplemente no se adaptan a su situación específica”.

Los problemas en Puerto Rico han estado aumentando durante años, pero han llegado a un punto de crisis en los últimos meses. La isla es un ejemplo de cómo las políticas del gobierno —incluyendo grandes gastos, impuestos más altos, y la creciente dependencia del gobierno— destruye vidas al arruinar la economía.
En los últimos años, los líderes en Puerto Rico han ampliado el gobierno en un intento por estimular el crecimiento económico —un enfoque defendido por los políticos de izquierda en los Estados Unidos también—. Pero este crecimiento del gobierno ha llevado a un mal manejo fiscal y programas que no se pueden pagar. La gran mayoría de los gobernadores de Puerto Rico desde los mediados de la década de 1970 han evitado tomar decisiones difíciles y han tomado dinero prestado para balancear los presupuestos. La isla ha adoptado un impuesto sobre las ventas que se suponía era para asegurar la solvencia fiscal, pero en su lugar solo alimentó un mayor endeudamiento. Ha llegado al punto de que el propio gobierno ahora emplea a más de una cuarta parte de la fuerza de trabajo isla.
Como era de esperarse, el record muestra que más y más gasto y programas de gobierno no son la manera de ayudar a la economía. El presidente Obama ha llevado esta estrategia en Washington, pero después de siete años en la Casa Blanca los resultados son muy decepcionantes. Millones de estadounidenses se han visto obligados a trabajar a tiempo parcial, por lo que ahora la mitad de todos los trabajadores a tiempo parcial informan que preferirían un empleo a tiempo completo. Y casi la mitad de todos los estadounidenses ahora dicen que no iban a estar preparadas para manejar un gasto de emergencia de solo 400 dólares.
Este enfoque no está funcionando.
En Puerto Rico, los problemas son aún más grandes. La isla se ve perjudicada por las reglas y mandatos de Washington que simplemente no se adaptan a su situación específica. La ley federal Jones Act, por ejemplo, requiere que todos los productos transportados entre los puertos estadounidenses deben llevarse en buques estadounidenses, una medida anti-libre comercio que beneficia a los sindicatos y los intereses especiales. Esta política mal concebida tiene el efecto de forzar a los consumidores puertorriqueños a pagar costos más altos que el resto de los americanos, que no dependen de los cargueros estadounidenses para sus productos.
Estos asuntos deben ser abordados en la raíz, y requerirán cambios tanto en San Juan como en Washington DC. Es hora de poner fin a los gastos excesivos, la corrupción, el mal manejo de la ayuda del gobierno, los subsidios y mandatos federales perjudiciales. Estas acciones irresponsables del gobierno no pueden ser ignoradas o barridas bajo la alfombra. Esto no se resolverá con un rescate del gobierno o algún otro vendaje temporal que permite a los líderes evitar tener que hacer las reformas necesarias.
Gracias al presidente de la Cámara, Paul Ryan, la Cámara de Representantes pronto será la anfitriona de un debate que nos puede ayudar a acercarnos a reformas importantes. La Ley PROMESA —que el Congreso debatirá en las próximas semanas— crearía una junta temporal para supervisar la reestructuración de la deuda, y el manejo de las finanzas de la isla. La junta se disuelve una vez Puerto Rico balancee su presupuesto por cinco años consecutivos. Mientras el Congreso debate este proyecto de ley, puede haber otras buenas ideas propuestas y adoptadas que ayudarán con la adopción de otras reformas necesarias. Lo importante es que los líderes en Washington comiencen a discutir y debatir estos desafíos, con reformas reales sobre la mesa.
Mientras tanto, los residentes de los 50 Estados Unidos deben exigirles a sus legisladores que presten atención a las lecciones de Puerto Rico. El gobierno no puede simplemente tomar una parte cada vez mayor en el manejo de la economía. La realidad es que millones de estadounidenses, ahorrando y trabajando en el sector privado dinámico, son la clave para la prosperidad y la innovación. Aumentar el poder del gobierno finalmente aplasta el crecimiento económico; y con ello, la esperanza y el optimismo.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.







