Estos jihadistas no pueden ser contenidos, tienen que ser derrotados. La mayoría de los musulmanes, en nuestro país, y en el mundo, están de nuestro lado en esta batalla. Muchos están luchando contra la radicalización de jóvenes musulmanes, incluso dentro de nuestro país.
Entonces, ¿por qué alguien piensa que es una buena idea el sugerir que todos los musulmanes son nuestros enemigos? ¿Cómo nos ayuda su retórica? Los extremistas religiosos están pregonando que los Estados Unidos odian a los musulmanes. Y Donald Trump sale en la televisión gritando que va a prohibirles la entrada a los musulmanes al país. Él está reforzando el argumento de los terroristas.
Trump también está atacando nuestros valores. Nuestro país fue fundado por inmigrantes que huyeron de la persecución religiosa. El ideal de que en nuestro país la gente es libre de practicar cualquier religión que prefiera es uno de los pilares de Estados Unidos.
Quizás Donald Trump debería de volver a leer la carta de George Washington a los judíos de Newport, Rhode Island, de 1790, donde les aseguró que la libertad para practicar cualquier religión sería respetada en este nuevo país, los Estados Unidos.
Washington escribió: “El gobierno de Estados Unidos no le dará autoridad al fanatismo y no fomentará la persecución”. En otras palabras, en nuestro país, tú puedes ser quien quieras y seguirás siendo parte de este país.
Apuesto que eso es algo que muchos musulmanes en los Estados Unidos quieren oír en estos momentos. Imagínense escuchar que líderes políticos amenazan con registrarlos y seguirlos, infiriendo que su religión es violenta y que ustedes son violentos y son el enemigo.
Casi 3 millones de estadounidenses son musulmanes. Ellos son nuestra familia, nuestros amigos, nuestros vecinos y nuestros compañeros de trabajo.
Ellos forman parte de nuestras fuerzas armadas, salvan vidas siendo doctores y enfermeras y forman parte importante de nuestras comunidades siendo policías, bomberos, maestros y líderes comunitarios.
Ellos son patriotas, orgullosamente americanos, como todo el resto de nuestro país. Ellos merecen respeto.
Así que hoy quiero mandar un mensaje diferente:
A los musulmanes estadounidenses: lo que están escuchando de Trump y los otros republicanos está completa y absolutamente equivocado. Eso no va de acuerdo con nuestros valores; los valores de una nación a la que ustedes pertenecen.
Este también es su país. Estoy orgullosa de ser su compatriota. Y otros estadounidenses comparten este sentimiento.
Ha llegado la hora de que todos nosotros —en especial los líderes republicanos— levantemos la voz en contra de las acciones y de la retórica de odio.
Hace unos días dos mujeres jóvenes, usando bufandas musulmanas para cubrir sus cabezas, trataban de desayunar en un restaurante cerca de la universidad de Tejas en Austin cuando otras personas comenzaron a ofenderlas gritándoles cosas racistas. Ellas se fueron llorando del restaurante, en parte por los comentarios ofensivos, pero también porque nadie en el restaurante las defendió.
Cuando iban saliendo, una de las muchachas les preguntó a los comensales: ¿a quién le importamos? Alguien respondió: “a nadie”. “Nos fuimos”, dijeron, “porque era cierto”.
Pero eso no es cierto. Y debemos asegurarnos de que los musulmanes estadounidenses lo sepan. Es así como nos mantenemos fieles a nuestros valores como estadounidenses. Y es como le demostramos al mundo quiénes somos en realidad: un país fuerte, orgulloso y unido, que después de todos estos años aún tiene claro que todos los hombres y mujeres son creados iguales.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.