WASHINGTON, D.C. – Después de disfrutar por años de una acogedora relación con la Casa Blanca de Obama, una serie de importantes organizaciones latinas ahora se encuentran mirando desde afuera, con pocas oportunidades de encontrar intereses comunes con la nueva administración Trump. Sin embargo, los resultados de las elecciones presidenciales de 2016 han puesto en alza a otras organizaciones tras años de ser ignoradas.
En la Casa Blanca de Trump, ¿importan los grupos latinos? Depende de a quién se le pregunte
“Según el Centro Hispano Pew, los latinos revelaron en una encuesta reciente sus prioridades para la nueva administración y para el Congreso, y la inmigración no es el asunto principal”.


Este cambio de poder latino se da en gran parte por razones ideológicas, pero esa no es la única razón. Aunque todas las organizaciones entrevistadas por Latino USA se autodefinen como entidades independientes, todas exhiben diversas filosofías sobre cuál debe ser el papel del gobierno.
Con un presidente que ha cambiado de opinión en algunas promesas clave de campaña (deportar dreamers y derogar Obamacare sin un reemplazo) y que favorece una mayor participación del gobierno en el comercio, la creación de empleo y el gasto en infraestructura, pocas cosas son definitivamente ciertas acerca de lo que nos depararán los próximos años, y prácticamente todos los grupos latinos están deseosos de poder estar en la mesa de negociaciones.
Sin embargo, después de una disputada elección presidencial en la que Trump sugirió que muchos inmigrantes mexicanos son violadores, cuestionó la integridad y las credenciales de un juez mexicano-americano, dio su apoyo a la construcción de un muro fronterizo a lo largo de la frontera México-Estados Unidos (obligando a México para pagar el costo), no todos los grupos latinos están en el plan de perdonar y olvidar.
La retórica sigue siendo un problema
Brent Wilkes, director ejecutivo de League of United Latin American Citizens (Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, LULAC), la organización latina de derechos civiles más antigua del país, se pregunta si el presidente Trump dará un giro y se dará cuenta de que la campaña electoral ya terminó.
“Es difícil ver dónde surgirán áreas de acuerdo entre LULAC y la administración Trump. El presidente todavía está usando la retórica para atacar a los inmigrantes”, dijo Wilkes a Latino USA.
Eric Rodríguez, vicepresidente de Defensoría y Legislación del Consejo Nacional de La Raza (NCLR), una poderosa organización de derechos civiles latinos con gran influencia entre muchos miembros del Congreso, dijo que la Raza también quiere trabajar con la administración Trump. Cuando se le preguntó sobre el nuevo clima político, García recordó haber trabajado en estrecha colaboración con anteriores gobiernos republicanos, señalando el genuino interés del presidente George W. Bush en ayudar a la comunidad latina, particularmente en asuntos de derechos de propiedad y acceso al crédito. Pero al igual que Wilkes, García piensa que la dura retórica antiinmigrante del presidente Trump puede envenenar la cooperación.
“Tenemos serias inquietudes sobre la libertad de acción que se le ha dado a ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) en nuestra comunidad”, dijo García. “Eso afecta a los latinos sin importar su estado migratorio y ciertamente afecta la estabilidad económica de millones de familias estadounidenses. ¿Cómo se puede deportar al sostén de una familia y después decir que se están mejorando las oportunidades económicas para familias y comunidades afectadas de esa forma?
Pero para otros, como Arturo Vargas, director ejecutivo de la National Association of Latino Elected Officials (Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos, NALEO), el primer problema con la nueva Casa Blanca es que su grupo está siendo excluido del proceso.
“Esta administración prácticamente no tiene contacto con la comunidad latina”, dijo Vargas. “Hemos buscado contactar con ellos desde el primer día y hemos invitado al presidente y al vicepresidente a nuestros eventos, pero no han aceptado nuestras invitaciones”.
Lo que dice la Casa Blanca
Helen Aguirre Ferré, asistente especial del presidente Trump y directora de medios de comunicación de la Casa Blanca, cuestiona la afirmación de Vargas.
“La administración se ha reunido con líderes hispanos en todas las áreas de importancia, incluyendo salud, educación, emprendimiento y creación de empleo”, dijo Aguirre Ferré. La ejecutiva nativa de Miami y expresentadora de Univision Radio hizo parte del Comité Nacional Republicano y se le considera enlace clave entre la comunidad latina y la Casa Blanca de Trump.
Allen Gutiérrez de The Latino Coalition (La Coalición Latina), grupo que representa a hispanos dueños de negocios, dice que esta Casa Blanca ha superado el nivel de compromiso con la comunidad latina si se le compara con anteriores administraciones.
“No recuerdo al presidente Obama ni al presidente Bush reuniéndose con líderes hispanos durante el período de transición. El hecho de que [el presidente electo Trump] lo haya hecho es muy revelador y alentador”, dijo Gutiérrez.
La Coalición Latina obtuvo grandes resultados en los primeros días de la Casa Blanca de Trump. El vicepresidente Mike Pence y Linda McMahon, administradora de la Asociación de Pequeños Negocios, hablaron recientemente en su cumbre de política celebrada en Washington, DC.
Vargas, de NALEO, reconoció haber asistido a la reunión con el equipo de transición de Trump y otros líderes en la comunidad latina, pero dijo no haber visto mucho desde entonces. Además, “el presidente tiene la obligación de relacionarse con la población latina… Los latinos son el segundo grupo poblacional más grande de Estados Unidos y cualquier decisión política afecta a los latinos”.
Sobre esto, la Casa Blanca de Trump y Vargas están de acuerdo, según Aguirre Ferré.
“No hay iniciativa en la que el presidente haya estado trabajando que no beneficie a las familias hispanas”, dijo ella.
¿No se trata de la inmigración?
Según el Centro Hispano Pew, los latinos revelaron en una encuesta reciente sus prioridades para la nueva administración y para el Congreso. La inmigración no es el asunto principal. Según la encuesta, la inmigración es el quinto tema de importancia entre los encuestados, muy por detrás de la educación, el terrorismo, la creación de empleo y la atención médica.
Los hallazgos confirman lo que Daniel Garza de la Iniciativa LIBRE y otros grupos de centro-derecha han estado diciendo por años durante el gobierno de Obama: para muchos hispanos, la creación de empleo es primordial.
Garza fue especialmente crítico con las políticas del presidente Obama por confiar demasiado en el gobierno federal para hacer crecer la economía y arreglar el sistema de salud. Como resultado, la Iniciativa LIBRE atrajo la ira de la Casa Blanca de Obama. Cecilia Muñoz, asistente clave del expresidente Obama, escribió un duro artículo de opinión ridiculizando a la Iniciativa LIBRE por emplear tácticas que asustaban a los latinos para que no se afiliasen a Obamacare, la ley de salud del presidente Obama.
“Apuntaron sus armas retóricas contra nosotros”, dijo Garza.
No es de extrañar que Garza esté animado con lo que está viendo en la Casa Blanca de Trump y piense que la economía está mejorando.
“El mercado de valores está al alza debido a su agenda pro-empresarial”, señaló Garza.
No obstante, Garza dijo que ciertamente hay margen para mejorar y que le gustaría ver que la Casa Blanca acepte aún más el libre mercado.
Javier Palomarez, presidente y CEO de la Cámara de Comercio Hispana de Estados Unidos (USHCC), se unió a la Coalición de Diversidad de Trump, incluso después de ser uno de los críticos más duros con Trump durante la campaña, un tema que abordó en un reciente segmento de Latino USA.
Trabajando juntos
La pregunta sigue siendo: ¿Pueden estas organizaciones latinas, a pesar de sus diferencias ideológicas, trabajar juntas por la comunidad? Quizá. Cuando se les preguntó, todos los grupos dijeron que estaban dispuestos a trabajar con otras organizaciones latinas, pero que hay pocos temas (a saber, la reforma migratoria) que parezcan unirlos.
En un momento en que las normas políticas convencionales andan de cabeza, pocos quieren descartar algo. Más de uno vio incrédulo cómo varios medios informaban de que entre los propietarios de negocios que ofrecían sus servicios para la construcción del muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México había empresas de propiedad hispana.
“Creemos que construir un muro fronterizo sería una enorme pérdida de dinero público y haremos todo lo posible por bloquearlo”, dijo Wilkes. “Pero si se aprueba, entonces sí queremos que los hispanos logren hacerse con una parte de ese negocio”.
Esta reacción sirve para describir el acertijo que representa la Casa Blanca de Trump para muchas organizaciones latinas.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en Latino USA.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.







