En menos de dos semanas, el Tribunal Supremo escuchará argumentos a favor y en contra de la orden ejecutiva del presidente Obama para la Acción Diferida para los Padres de Americanos (DAPA por sus siglas en inglés). Mientras que muchos en el Congreso ya han presentado informes, la decisión recae en los ocho restantes jueces del Tribunal Supremo para decidir la constitucionalidad de la acción del Presidente.
DAPA: el problema no es lo que hace, sino cómo se hizo
No debe haber ningún esfuerzo —de cualquier lado— para rescindir DACA, puesto que ya está en vigor.

Nadie puede predecir cómo el Tribunal Supremo actúe sobre el particular, pero nadie debe sorprenderse si fallan en favor de destituir la orden o si los jueces están divididos y se confirma el fallo del tribunal inferior. Estados Unidos necesita una reforma migratoria fundada en principios consistentes con una sociedad libre y próspera: una que haga crecer la economía, provea estatus a los llegados en la infancia, y proporcione un alivio para los millones que viven en las sombras. Sin embargo, hay que hacerlo de la manera correcta, siguiendo nuestras leyes y los principios en los que este país fue fundado. Las acciones ejecutivas del Presidente fueron imprudentes e irresponsables por esta misma razón: millones de inmigrantes ahora enfrentan un futuro incierto porque nadie —incluyendo el Presidente— está seguro acerca de la legalidad de sus acciones.
El propio presidente Obama dijo muchas veces que él no podía actuar sin el Congreso para lograr una reforma migratoria. A pesar de que su partido tenía el control de la Cámara y el Senado durante sus primeros dos años en la Casa Blanca, él falló en tomar cartas en el asunto, alegando que había otros “asuntos urgentes” que atender primero. Sin embargo, él fue rápido en firmar una orden ejecutiva cuando era políticamente conveniente para él y su partido.
El alivio que se ofrece bajo las órdenes ejecutivas del presidente Obama es limitado y temporal. Más de la mitad de los aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados en los Estados Unidos no se abordan en estas órdenes. Por mucho que afirma ser un campeón de los inmigrantes y sus familias en este país, el presidente Obama ha demostrado ser no más que un demagogo. DAPA tiene un alcance limitado y al mismo tiempo que ofrecería un alivio temporal a los padres de los llegados en la infancia, ¿qué significaría para ellos si la acción fuera a ser derribada por el próximo presidente? Al igual que con DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), las personas que se han acogido a esta protección lo hacen de buena fe. No podemos dejar que un juego político ponga a millones de familias e individuos en peligro.
Cualquier esfuerzo para rescindir DACA solo deja a todos estos niños vulnerables a consecuencias que no merecen. No debe haber ningún esfuerzo —de cualquier lado— para rescindir DACA, puesto que ya está en vigor. Los beneficiarios de esta orden no tienen la culpa de la extralimitación del Presidente. Nuestros esfuerzos, como comunidad, deben centrarse en lograr una reforma migratoria legislativa. Nuestros hermanos y hermanas no deberían tener que depender de arreglos temporales. Tenemos que arreglar nuestra actual política de inmigración para que beneficie a los inmigrantes y haga a los Estados Unidos más fuerte.
Es cierto que en los últimos años ninguna de las partes ha hecho lo suficiente para decretar una solución legislativa duradera, de largo plazo, a los problemas con el roto sistema de inmigración. Pero eso no quiere decir que vamos a tirar la toalla o apaciguar a nuestra comunidad de la forma en que Obama lo ha hecho.
Es una buena noticia que el tema de inmigración está recibiendo gran atención durante este ciclo electoral. Pero, por desgracia, gran parte de este debate pone objetivos políticos antes de las prioridades de nuestra nación. Por un lado vemos promesas poco realistas para actuar de manera unilateral, y por el otro, hay demasiadas respuestas extremas que no reflejan las necesidades y valores de EEUU. Debemos ser persistentes en la exigencia de un presidente que esté dispuesto a trabajar con el Congreso y unir a todos lados para lograr una reforma que proporcione un alivio muy necesario para nuestros hermanos y hermanas que viven en la incertidumbre. Nosotros merecemos algo mejor que DAPA.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.







