Dice una canción: “Parece que fue ayer”... y es una realidad. Cierro mis ojos y comienzo mi recorrido mental y me veo más joven, con mucho pelo, mucha energía, muchas ganas de salir adelante. Vengo sin miedo, más bien vengo con la ilusión de trabajar y ganar mucho dinero y luego regresar a mi patria y poner un negocio.
30 años en Univision
Al cumplir 30 años trabajando para Univision, el ingeniero Miguel Ángel Tristán, Trismi, el Chiva Mayor, hace un recorrido personal por su vida en la cadena.

He llegado a considerar trabajar en otra rama que no sea la televisiva; pero el Señor me tenía reservada una posición privilegiada. Me veo en el tren acercándose a la frontera, después tomo un autobús y a pié voy cruzándola presentando mi “Green Card”. Luego en San Diego, California, voy con mi amigo Paul Schafer, mi padrino en los Estados Unidos, llevándome a mi primera entrevista de trabajo.

Sigo recordando que después de sacar mi licencia de manejo voy —como que todavía no me la creo—, manejando aquél Rabbit diésel blanco rumbo a la ciudad de San Francisco, California, donde tendré otra entrevista de trabajo. ¡Wow!, sigue en mi mente lo que pensaba durante el viaje. Venir a los Estados Unidos y trabajar en un canal de televisión ha de ser lo máximo. Pienso en el cambio monetario del peso y hago conjeturas de cuánto podré ganar. Me han dicho que acá pagan por hora trabajada, pero no sé cuales vayan a ser las condiciones.
Luego sigo mi película y recuerdo que, por mi falta del idioma Inglés caí afortunadamente en el Canal hispano KDTV, Canal 14, filial de la Cadena de Televisión # 1 de los Estados Unidos, “SIN”, hoy flamantemente llamada “UNIVISION”, donde reinicié mi carrera profesional el lunes 12 de Mayo de 1986.

Con una semana de entrenamiento ya estaba siendo productivo, conduciendo técnicamente la señal con la programación, comercialización y promocionales al aire.

Luego veo mi deseo de superación y mi llegada a Laguna Niguel, California, donde continué mi desarrollo profesional. Luego me veo en la ciudad de Miami a donde fui trasladado y a base de mucho esfuerzo, tanto de mi familia como el mío propio, aporté mi fuerza laboral en beneficio de la empresa, que ha sido mi segundo hogar.
Sigue corriendo la cinta en mi mente y veo mi participación en la infraestructura, implementación, operación y mantenimiento de todo tipo de instalaciones técnicas, como el área técnica principal y su interconexión con los estudios, cuartos de control, salas de edición, de transmisión y recepción satelital.

A la par, estuve en el control de las cámaras de los estudios y la conducción de señales para el control de aire, para los noticieros nacionales, en eventos especiales, deportivos y benéficos, en el nacimiento de diferentes programas.
Veo mi aportación al crear un reconocido grupo de instaladores técnicos a los que les transmití mis conocimientos y con los que realicé todo tipo de Instalaciones dentro de la empresa. En fin, han sido miles de horas trabajadas, horarios de todo tipo. Veo también cómo pasó el tiempo y me perdí de muchas cosas de tipo personal, familiar y social por cumplir con mi trabajo. Ni a veces estando con algún dolor o teniendo algo de fiebre me atreví a faltar.
Pero veo la parte adjunta que me ha traído muchas satisfacciones también y que es el desarrollo de mi familia. Mis hijas estudiaron y se graduaron como licenciadas en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Internacional de la Florida (FIU). Obtuvieron sus buenos trabajos, se casaron y una de ellas ya me hizo abuelo. Mi esposa Lourdes a mi lado dándome el apoyo incondicional y siempre al pendiente de nuestras hijas Gaby y Cris y de nuestra nietecita Sophie.
Veo que he sido muy afortunado. De la mano del Señor he logrado parte del sueño americano y lo que ahora debo hacer es continuar disfrutando de lo que junto a mi familia he obtenido. No todo ha sido miel, he tenido contratiempos de todo tipo, los cuales he sabido superar.

De lo que también he tenido curiosidad es de pensar, ¿qué hubiese sido de mi familia y de mí, si me hubiese quedado a vivir en mi natal San Luis Potosí, México? ¿qué estaría haciendo ahora? y ¿qué fuera de mis hijas? Por eso, ahora cuando estoy cumpliendo 30 años de laborar en ésta maravillosa empresa, veo que he dejado la mitad de mi vida aquí y que me siento parte de su historia ya que me tocó vivir muchos cambios de todo tipo: administrativos, tecnológicos, generacionales y estructurales.
He aprendido mucho del ser humano, al tener la fortuna de haber convivido con muchos grupos étnicos, sus culturas, gastronomía, idiosincracia. En fin, he logrado hacer muchos amigos y he compartido con muy buenos profesionistas que me han enriquecido con sus conocimientos. También recuerdo a muchos amigos que ya se me adelantaron al más allá y otros que ya no laboran en la empresa, pero a los que siempre recuerdo con agrado.
Las bendiciones del Señor sobre mi familia siguen y creo firmemente que seguirán por generaciones. A la par de mi trabajo tengo mis pasatiempos: la pintura, que comparto con mi nietecita; el escuchar la música de los Beatles, y la práctica del fútbol los sábados por la mañana.

En mi reflexión de estos 30 años sigo con el mismo espíritu combativo de seguir aportando lo mejor de mí en todas las áreas que me rodean. Mi mente me dice adelante, no hay límite, así que no hay de otra, pa’trás ni pa’agarrar impulso, hay que seguir haciendo camino y dejando huella, hasta que se llegue el día de mi partida terrenal.
Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.








