La tragedia ocurrió durante el festival Lag BaOmer, al que acuden decenas de miles de personas, para honrar al rabino Shimon Bar Yochai, un sabio del siglo II que está sepultado en la zona. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, calificó el incidente como "un terrible desastre", mientras que el Ejército israelí se desplazó para ayudar en la evacuación de heridos y proporcionar "tratamiento médico" sobre el terreno.