Cientos de personas se reunieron en las calles del país para exigir que sean clausurados los centros para menores migrantes. La protesta ocurre en medio de numerosas denuncias de espacios en los que los niños no tienen las condiciones básicas cubiertas: no pueden dormir, bañarse o tomar agua, por ejemplo. Y esa realidad no ha sido expuesta solamente por activistas sino también en documentos sobre inspecciones oficiales realizadas a centros de la Patrulla Fronteriza y del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en la frontera.