Un estudiante francés de la escuela de ingeniería inventó un dedo electrónico para que las máquinas y las personas con las que hablamos nos puedan acariciar. El MobiLimb busca refinar nuestra conexión con las máquinas.
Un estudiante francés de la escuela de ingeniería inventó un dedo electrónico para que las máquinas y las personas con las que hablamos nos puedan acariciar. El MobiLimb busca refinar nuestra conexión con las máquinas.