Donald Trump decidió otorgar honores militares póstumos a Ashli Babbitt, una de las personas que participó en la turba que atacó el Capitolio el 6 de enero de 2021.
Trump ofrece honores fúnebres militares a Ashli Babbitt, participante del asalto al Capitolio
Mientras grupos conservadores celebraron la decisión como justicia para una veterana, críticos la denuncian como un intento de legitimar la violencia extrema del 6 de enero de 2021.

Babbitt, de 35 años y originaria de California, murió cuando un policía le disparó en el momento que intentaba destruir a patadas una ventana de acceso al vestíbulo de la presidenta de la Cámara de Representantes, un área protegida.
La decisión ha generado fuertes divisiones, pues sus críticos afirman que pese a ser una militar en activo al momento de su muerte, representa un intento de reescribir la historia de uno de los episodios más graves contra la democracia de EEUU.
La Fuerza Aérea envió una carta para ofrecer honores fúnebres militares a la familia
El subsecretario de la Fuerza Aérea, Matthew Lohmeier, afirmó que la familia había solicitado honores militares a la administración del expresidente Joe Biden y se los habían denegado.
En la publicación de Lohmeir se incluye la carta fechada el 15 de agosto, a través de la cual la Fuerza Aérea comunicó a la familia Babbitt que, tras “revisar las circunstancias” de su muerte, se determinó que la negativa inicial a concederle honores había sido incorrecta.
La familia había solicitado en 2021 estos honores en una carta, según lo informó AP, pero la administración de Biden los rechazó “debido a las circunstancias precedentes a su muerte”.
Finalmente, la administración Trump no solo otorgó los honores, sino que accedió a un acuerdo de casi cinco millones de dólares para resolver la demanda de la familia por “muerte injusta”.
El caso Babbitt ha sido capitalizado políticamente por Trump, quien la ha descrito como una mártir. Para sus seguidores, simboliza a los “patriotas” injustamente criminalizados el 6 de enero. Para otros, como el ex jefe de la Policía del Capitolio, Thomas Manger, la decisión envía “un mensaje escalofriante” a las fuerzas de seguridad, al legitimar acciones que atentaron contra instituciones democráticas.
El ofrecimiento de honores fúnebres militares a Babbit generó reacciones diversas
Ante la noticia veteranos de las Fuerzas Armadas y figuras políticas expresaron indignación en redes sociales. Por ejemplo, el excongresista republicano Adam Kinzinger calificó la decisión como “repugnante” en X, mientras que el podcaster y exaviador Ryan Shead afirmó que era “una falta de respeto” hacia quienes han recibido honores tras morir en cumplimiento de deber.
Otros activistas, como la escritora y activista LGBTQ, Charlotte Clymer, también se manifestaron: “Ashli Babbitt era una adulta insensata que tomó una serie de decisiones conscientes e imprudentes para cometer actos de traición, y recibió justo lo que se merecía. Era una traidora. Era una amenaza para la seguridad nacional. No hace falta matizar nada”, comentó también en X.
La muerte de Babbitt ocurrió en el contexto de un ataque en el que cientos de personas fueron procesadas penalmente y que derivó en un juicio político contra Trump, del cual fue finalmente absuelto por el Senado.
Por otro lado, los defensores de la familia, encabezados por Judicial Watch, celebraron el giro como un triunfo. Su presidente, Tom Fitton, agradeció directamente a Trump y a altos funcionarios de Defensa, sosteniendo que se trataba de “un acto de justicia” hacia una veterana que había servido en destacamentos en Medio Oriente y luego fue “víctima de un uso excesivo de fuerza gubernamental”.
El hecho de que Babbitt ya hubiera sido cremada en 2021 deja interrogantes sobre la aplicación práctica de los honores militares. Según The Washington Post, dichos reconocimientos suelen incluir la presencia de personal uniformado, la ejecución del toque de corneta Taps y la entrega de una bandera estadounidense plegada a los familiares.
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