El pequeño William Martínez Romero se estaba ahogando con su propia saliva en Austin, Texas. La familia pidió ayuda cuando vio que el menor tenía los labios morados. Para fortuna de todos, dos policías estaban muy cerca y pudieron ayudarlo con un dispositivo que permite desbloquear la vías respiratorias.
Mira también: No tenía pulso ni respiraba: el dramático rescate de una bebé gravemente herida tras un accidente.