Los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) ya no buscarían deportar a inmigrantes por delitos como conducir bajo la influencia del alcohol. En cambio, se enfocarían en amenazas de seguridad nacional, cruces fronterizos recientes y quienes hayan terminado su sentencia por delitos agravados y estén libres.
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