Jorge Diener, un hispano que trabaja como voluntario en la clínica del centro de refugiados ubicado en frontera entre Polonia y Ucrania, dice que más de un millón de personas han pasado por ese lugar y que la mayoría vive una situación emocional complicada. Con la ayuda de médicos voluntarios se está brindando atención a quienes lo necesitan, entre ellos algunos niños afectados durante la huida.
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