El zacatecano Juan Manuel Santoyo llegó a EEUU en los años 90. Sin dinero, sin documentos, pero con mucho esfuerzo y el apoyo de su esposa Guadalupe, Santoyo creó un pequeño negocio para vender tamales en las calles de Los Ángeles. Tres décadas después, la pareja es dueña de uno de los restaurantes más prósperos de la ciudad, un ejemplo de emprendimiento y de la perseverancia del inmigrante latino.