Portland dice adiós a su último parquímetro

Las máquinas comenzaron a utilizarse en los años treinta, cuando el estacionamiento solo costaba 5 centavos la hora.

A la derecha, Steve Novick, comisionado de la ciudad, entrega el “fósil viviente” al director de la Sociedad Histórica de Oregón, Kerry Tymchuk. (Hannah Schafer/PBOT)
A la derecha, Steve Novick, comisionado de la ciudad, entrega el “fósil viviente” al director de la Sociedad Histórica de Oregón, Kerry Tymchuk. (Hannah Schafer/PBOT)

Así como los teléfonos públicos son cada vez más difíciles de encontrar, otra pieza del mobiliario público está desapareciendo. En Portland , Oregon, los funcionarios de la ciudad deshabilitaron y retiraron el último parquímetro individual que quedaba en pie.

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Las autoridades emplearon una sierra eléctrica para decapitar el artefacto, el cual obsequiaron a la Sociedad Histórica de Oregón. “Estos medidores han servido de mucho a la ciudad”, dijo a la Agencia de Transporte de Portland (PBOT, por sus siglas en inglés ) Steve Novick, comisionado de la urbe. “Han sido, de hecho, una parte integrante de nuestro sistema de gestión de parqueo. Pero, como sucede con casi todo, han llegado al final de su vida útil, y ya era tiempo de mutar completamente hacia la tecnología de parqueo del siglo XXI, entre cuyos productos encontramos las paystations (estaciones de pago) y el pay by phone (pago telefónico), los cuales son más eficientes y facilitan el estacionamiento a los residentes de Portland”.

El primer espacio individual de parqueo en Portland entró en escena en 1938, apenas tres años después de que fuera instalado en Oklahoma City el primer parquímetro del país, de la compañía “Park-O-Meter” (co-fundada por Carl C. Magee, también abogado y editor de periódicos). Con solo echar una moneda de 5 centavos en el aparato, uno conseguía parqueo por una hora. Estos funcionaban a cuerda: si se olvidaban de darle energía una vez a la semana quedaban inoperantes. Durante los cincuentas, la ciudad amontonaba una media tonelada de monedas diariamente, para un total de casi 120 millones de monedas desde que los metros comenzaron a funcionar.

Pero estos equipos vivieron su edad de oro alrededor del año 2000, con más de 7,000 engullidores de monedas en toda la ciudad. Solo un par de años después, la ciudad se abrió a experimentar con la moderna tecnología conocida como paystations. Estas máquinas, para aquellos que no las hayan usado, aceptan tarjetas de crédito y permiten a los choferes estacionarse en cualquier tramo de la cuadra. Para 2015, ya había menos de 500 parquímetros pasados de moda, mientras que este año raya en 1,700 el número de paystations.

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Los que residan en Portland y quieran, nostálgicamente, volver a tener ante sí un parquímetro individual deberán visitar ahora las colecciones de la Sociedad Histórica o bien vérselas con eBay. Próximamente, su lugar lo ocuparán máquinas inteligentes de parqueo, las cuales, por teléfono o simplemente escaneando matrículas, aceptan la transacción. En todo caso, se trata de métodos que, según sostuvo a PBOT un defensor de estas reformas, “dotarán de mayor comodidad a los consumidores que apoyan los propósitos de nuestra ciudad en materia de clima y seguridad vial”.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.