La gente en Miami adora a sus autos y por una buena razón: no es exactamente la ciudad más caminable entre las grandes metrópolis de Estados Unidos. En un estudio de la Universidad George Washington y la organización Smart Growth America, quedó en el lugar 22 entre 30 grandes ciudades de Estados Unidos.
¿Podrá el centro de Miami crear una ciudad más caminable?
Se trata de uno de los vecindarios más amables con los peatones, pero la urbe tiene todavía grandes desafíos.

Y, a pesar de eso, hay señales de que Miami está cambiando décadas de un diseño autocéntrico hacia un modelo más denso y amigable con los peatones. Downtown Miami, donde The Atlantic, el Aspen Institute y Bloomberg Philantropies están acogiendo a la conferencia CityLab 2016 –a realizarse entre el 23 y 25 de octubre– está liderando el movimiento hacia un futuro caminable. En el proceso, el vecindario está yendo derecho hacia los mismos desafíos que otras ciudades están teniendo en este cambio hacia una densidad urbana.
Hace solo cinco años, el centro de Miami era una ciudad casi desierta, sobre todo en la noche, dice Stuart Kennedy, director de estrategia e innovación en The Miami Foundation. “Luego de que los edificios de oficinas cerraron, la gente inmediatamente se fue”, dice Kennedy. “Pero todo comenzó a cambiar con este enorme crecimiento poblacional que hemos visto”.

El boom demográfico que Kennedy menciona ha sido impresionante incluso en el contexto del renacimiento de los centros urbanos de la nación. Desde 2000, Downtown Miami, ha visto un crecimiento de un 150% en su número de habitantes, de acuerdo a cifras de la Autoridad de Desarrollo de Miami Downtown (DDA, por sus siglas en inglés). Este indicador ha motivado mayor densidad y caminabilidad como nunca antes: la DDA está intentando avanzar en proyectos como el Biscayne Green, una remodelación peatonal de seis cuadras a través de la calle Biscayne Boulevard. Desarrolladores privados también están intentando construir un proyecto llamado Baywalk, el cual crearía una zona caminable y pública cercana al agua. A su vez, existen desarrollos comerciales y mixtos que han surgido para responder a la demanda de este creciente necesario, lo que implica que ya los residentes no necesitan alejarse de él para conseguir lo que quieren.
Tomando en cuenta el rápido ritmo de este tipo de desarrollos, el mismo análisis de la Universidad George Washington y la organización Smart Growth America encontró que Miami tiene el potencial para transformarse en la cuarta ciudad más caminable de Estados Unidos. Pero, aunque el progreso del centro es innegable, los cambios también han generado ciertos predecibles problemas.
En parte debido a que el desarrollo en la zona comenzó con condominios de lujo, la mayoría de las unidades disponibles en el Downtown son caras y no están al alcance de gran parte de la población. El ingreso promedio por hogar dentro del DDA es de 110,000 dólares, el doble del promedio nacional y un 83% superior al resto de la ciudad de Miami, como ha reportado el Miami Herald.
Más recientemente, se han notado señales de una desaceleración en el mercado de vivienda de lujo, pero al mismo tiempo ha surgido un mayor interés en atraer a los jóvenes al área. Esto último ha generado más desarrollo de estudios y departamentos pequeños, incluyendo la propuesta del empresario Moishe Mana de construir “microdepartamentos”.
“Definitivamente se debe hacer más a favor de generar asequibilidad. Y necesitamos hacerlo ayer”, dice Ricardo Mor, coordinador de operaciones y programas en el Miami Center for Architecture and Design.
Al mismo tiempo, Mor dice que el centro de la ciudad debe ser cuidadoso en no dañar los vecindarios aledaños en este esfuerzo de redesarrollo, tanto generando gentrificación en las zonas de bajos recursos que se encuentran cercanas o simplemente dejando atrás a todas estas personas. Mor pone como ejemplo a Wynwood, donde los críticos dicen que los artistas han tenido que dejar la zona, debido a los altos precios y el rápido desarrollo comercial.
Mientras tanto, en los vecindarios de mayorías afroestadounidenses de bajos ingresos, como Liberty City y Overtown, ubicados al norte del Downtown, todavía no ven los beneficios de este renacimiento. Durante el verano la Agencia de Redesarrollo de la Comunidad de Overtown/Park West, entregó subsidios a un desarrollador privado para intervenir en un terreno de uso mixto de 30 acres, a cambio de garantizar cierto porcentaje de empleos y sueldos para residentes locales.
Sin embargo, un estudio de la Universidad Internacional de Florida encontró que este acuerdo dejó mucho que desear en términos de los beneficios para los residentes de bajos ingresos de Overtown. Quienes viven en estos barrios también tienen un entendible miedo de que el desarrollo inmobiliario sea un presagio del desplazamiento, ahora que las áreas cercanas al centro se transforman en una zona más atractiva.
Y el cambio a un centro más denso sólo está comenzando. La pregunta es qué tan bien Miami podrá navegar entre estas tensiones mellizas de desigualdad y desplazamiento ( sin comentar los efectos del aumento del nivel del mar), mientras cambia y crece.
“Yo totalmente apoyo cualquier esfuerzo para hacer de Miami más caminable, amigable a las bicicletas y el transporte público”, dice Mor. “Esto es bueno para los residentes de bajos ingresos también”.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.










