La brecha racial de la economía creativa

No solo la clase creativa tiende a ser más blanca, sino que las minorías tienden a sacar menor provecho cuando logran ser parte de ésta.

La sede de Google, en el área metropolitana de San Francisco, una de las ciudades analizadas.
La sede de Google, en el área metropolitana de San Francisco, una de las ciudades analizadas.
Imagen Michael Short/Bloomberg via Getty Images

Varios comentaristas, incluido yo mismo, han argumentado que la clase es una fuente cada vez más importante de división y angustia en la vida social, económica y política de los Estados Unidos. Pero como ya han señalado mi colega Ta-Nehisi Coates y el sociólogo William Julius Wilson, la raza engloba a la clase cuando se trata de la devastadora realidad de la pobreza concentrada.

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Si bien mi investigación se ha centrado en las nuevas divisiones de clase que se dan en el corazón mismo de nuestra economía post-industrial, fue mi temprana experiencia en los disturbios de Newark la que estimuló mi interés definitivo en las ciudades y el urbanismo. Hace más de una década en El ascenso de la clase creativa, advertí un vínculo negativo entre raza y la economía creativa, específicamente, la nociva relación entre alto crecimiento, empresas de alta tecnología, y la parte no blanca de la población urbana de los Estados Unidos.

Durante muchos años, he sometido a permanente análisis el papel de la raza en la economía creativa. Hoy puedo dar a conocer los resultados preliminares de dicho estudio acerca de la división racial dentro de la ya favorecida clase creativa. Específicamente, me refiero a la división entre integrantes blancos (o lo que el Censo define como blancos no hispanos) y negros de la clase creativa.

En los Estados Unidos, casi las tres cuartas partes (73.8%) de todos los empleos de la clase creativa son ocupados por trabajadores blancos (no hispanos). Mientras que alrededor de un 9% (8.5) son ocupados por afroamericanos. A modo de comparación, los blancos no hispanos constituyen aproximadamente dos tercios de la población (64%), en tanto los negros, un 12%. Si bien um 36% de todos los trabajadores del país forma parte de la clase creativa (tal cual se define abajo), un 41% de los trabajadores blancos ocupa empleos de clase creativa, al tiempo que lo hace apenas un 28% de los trabajadores negros.

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¿Cómo se refleja esto geográficamente? ¿Habrá algunas áreas metropolitanas a las que, en este sentido, les vaya mejor que a otras?

A fin de identificar la brecha racial inherente a la clase creativa en los Estados Unidos y sus cerca de 380 áreas metropolitanas, trabajé con Todd Gabe de la Universidad de Maine. En particular, reparamos en la cantidad de trabajadores negros y blancos de 16 años y más, que fueran empleados de la clase creativa para el año 2013. Estos datos, que nos permitieron desglosar la clase creativa por raza, provienen de las categorías usadas por la Oficina del Censo de los Estados Unidos para las actividades de gestión, negocios, ciencia y arte, y, por tanto, difieren de alguna manera de mi definición original de clase creativa, la cual está basada más detalladamente en datos ocupacionales de la Oficina de Estadísticas Laborales.

Mi colega Charlotta Mellander, del Martin Prosperity Institute (MPI), desarrolló un análisis de correlación básica para determinar las características económicas y sociales que subyacen en las áreas urbanas vinculadas a la clase creativa negra y blanca (como de costumbre, nótese que correlación no implica relación de causalidad, sino, simplemente, puntos de asociación entre variables). Isabel Ritchie (quien trabajó para el MPI) diseñó el mapa.

La geografía de la clase creativa negra

El mapa de arriba muestra la distribución geográfica de la clase creativa negra, o la proporción de trabajadores negros en empleos creativos en Estados Unidos. En el mapa, el morado indica las áreas metropolitanas en que un mayor porcentaje de trabajadores negros ocupan empleos creativos, mientras que el azul claro refleja las zonas urbanas en que los trabajadores negros son menos propensos a tener empleos creativos. Adviértanse las grandes zonas sombreadas de morado sobre California, Texas, y Washington, D.C.

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La siguiente tabla relaciona, dentro de las consideradas como grandes (con más de un millón de habitantes), aquellas ciudades con mayores y menores porcentajes de trabajadores negros ocupando empleos creativos. Washington, D.C., encabeza la lista con un 40.9%, seguida por tres áreas metropolitanas de California: San José (39%), Los Ángeles (35.8%), y San Francisco (34.9%). Baltimore, Raleigh (en el llamado Research Triangle de Carolina del Norte) San Antonio, Sacramento, Austin, y San Diego completan las primeras diez. La mitad de esta decena de asentamientos urbanos se localiza en California, y una mayoría de ellos son centros destacados en el campo del conocimiento y la tecnología. New York aparece en la décimo novena posición, y Chicago en la vigésima, con alrededor de 30% de los trabajadores negros ocupando empleos creativos. Por su parte Atlanta, con su amplia clase media negra, figura en el décimo quinto puesto, con un 32.3%.

Áreas metrop. Top 10 % de empleados negros en ind. creativa
Washington-Arlington-Alexandria, DC-VA-MD-WV 40.90%
San Jose-Sunnyvale-Santa Clara, CA 39.00%
Los Angeles-Long Beach-Anaheim, CA 35.80%
San Francisco-Oakland-Hayward, CA 34.90%
Baltimore-Columbia-Towson, MD 34.20%
Raleigh, NC 34.10%
San Antonio-New Braunfels, TX 34.10%
Sacramento-Roseville-Arden-Arcade, CA 34.00%
Austin-Round Rock, TX 33.90%
San Diego-Carlsbad, CA 33.70%
FUENTE: | UNIVISION
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Áreas metrop. con menos diversidad % de empleados negros en ind. creativa
Las Vegas-Henderson-Paradise, NV 23.30%
New Orleans-Metairie, LA 24.40%
Memphis, TN-MS-AR 24.50%
Milwaukee-Waukesha-West Allis, WI 24.60%
Pittsburgh, PA 24.70%
Louisville/Jefferson County, KY-IN 24.90%
Buffalo-Cheektowaga-Niagara Falls, NY 25.10%
Cleveland-Elyria, OH 25.10%
Cincinnati, OH-KY-IN 25.20%
Rochester, NY 25.50%
FUENTE: | UNIVISION
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En el listado de las últimas 10 grandes ciudades predominan áreas urbanas de las regiones del Sun Belt y el Rust Belt. Si bien Las Vegas aparece en el último lugar con 23.3% de sus trabajadores negros ocupando empleos de la clase creativa, seguida por New Orleans (24.4%), las restantes ocho son antiguas metrópolis industriales o enclavadas en Cinturón de Acero: Memphis, Milwaukee, Pittsburgh, Louisville, Buffalo, Cleveland, Cincinnati, y Rochester.

Cuando consideramos ciudades de todos los tamaños, sólo algunas presentan mayores proporciones de trabajadores negros en empleos creativos. Entre estas se cuentan Lewiston, Idaho; Columbus, Indiana; Wausau, Wisconsin; Idaho Falls, Idaho; y Santa Cruz, California, cada una de las cuales exhibe de un 50 a un 60%. En cambio, localidades como St. George, Utah; Wenatchee, Washington; Casper, Wyoming; Grants Pass, Oregon; y Sheboygan, Wisconsin, tienen algunos de los menores índices, oscilando de 0 a 5%.


La geografía de la clase creativa blanca

El mapa que sigue ilustra la composición geográfica de la clase creativa blanca. Esta vez, prácticamente todo el mapa está cubierto de morado oscuro, lo que se traduce en que la mayoría de las ciudades tienen una proporción de clase creativa blanca que excede un 35%.

La tabla de abajo ordena las primeras y las últimas grandes ciudades en función de los mayores y menores porcentajes de trabajadores blancos en puestos de la clase creativa. Una vez más, centros tecnológicos y del conocimiento como Washington DC, San José, San Francisco, Austin, Boston y Raleigh en el Research Triangle de Carolina del Norte, así como el centro energético de Houston y las ciudades superestrellas de New York y Los Ángeles conforman la lista de las primeras diez. Cuatro de ellas se ubican en California (dos en el Bay Area y dos en el Sur de California) y tres se encuentran a lo largo del Corredor Nordeste. En la mayoría de estas importantes metrópolis, la clase creativa blanca es considerablemente mayor que la parte que representa la clase creativa en su conjunto del número total de los trabajadores, lo que indica cuán favorecidos son los trabajadores blancos en lo que comprende a la clase creativa.

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Áreas metrop. Top 10 % de empleados blancos en ind. creativa
Washington-Arlington-Alexandria, DC-VA-MD-WV 61.90%
San Jose-Sunnyvale-Santa Clara, CA 58.50%
San Francisco-Oakland-Hayward, CA 57.50%
Austin-Round Rock, TX 52.90%
Los Angeles-Long Beach-Anaheim, CA 52.60%
Raleigh, NC 52.50%
San Diego-Carlsbad, CA 49.60%
New York-Newark-Jersey City, NY-NJ-PA 49.20%
Houston-The Woodlands-Sugar Land, TX 49.00%
Boston-Cambridge-Newton, MA-NH 49.00%
FUENTE: | UNIVISION
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Áreas metrop. con menos diversidad % de empleados blancos en ind. creativa
Las Vegas-Henderson-Paradise, NV 34.50%
Louisville/Jefferson County, KY-IN 35.70%
Buffalo-Cheektowaga-Niagara Falls, NY 37.50%
Providence-Warwick, RI-MA 38.0 %
Riverside-San Bernardino-Ontario, CA 38.10%
Pittsburgh, PA 38.30%
Cincinnati, OH-KY-IN 38.60%
Detroit-Warren-Dearborn, MI 38.90%
Jacksonville, FL 38.90%
Cleveland-Elyria, OH 39.30%
FUENTE: | UNIVISION
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Entre las últimas diez figuran ahora metrópolis localizadas en la región de Sun Belt, como Riverside y Jacksonville, así como antiguas ciudades industriales y del Rust Belt, como Cincinnati, Detroit, Pittsburgh, and Cleveland. Pero en estos casos, nuevamente, la proporción de la clase creativa blanca es 10 ó 20 puntos porcentuales superior a lo que representa la clase creativa en su conjunto en estas áreas metropolitanas. De hecho, la clase creativa blanca en estas ciudades menos desarrolladas oscila entre 35 y 40%, el equivalente a algunos de los más altos índices de clase creativa en el país.

Si incluimos áreas urbanas pequeñas y de mediano tamaño, entonces algunos pueblos bien pequeños, cuya vida está fundamentalmente marcada por sus universidades, como Durham-Chapel Hill, Boulder, Ann Arbor, Charlottesville, e Ithaca, encabezan la lista, con cerca del 50 a 58% de sus trabajadores blancos en empleos creativos. Asimismo, zonas rezagadas incluyen áreas metropolitanas de las regiones de Rust Belt y Sun Belt, como por ejemplo Lake Havasu City-Kingman, Arizona; Lima, Ohio; Danville, Illinois; y Elkhart-Goshen, Indiana, con alrededor del 27%.

Comparando la clase creativa negra con la blanca

¿Qué proporción guardan entre sí las clases creativas negra y blanca al interior de las metrópolis estadounidenses?

La cuota de trabajadores blancos en empleos creativos excede un 40% en más de la cuarta parte de todas las áreas metropolitanas del país (27.8%, o 106 áreas), y más de un 70% en las grandes ciudades (37 de 51). Sin embargo, el número de empleados negros en trabajos creativos sobrepasa un 40% sólo en un 5.7% del total de ciudades (20 ciudades en total), apenas una de las cuales tiene más de un millón de habitantes.

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El mapa que sigue da una idea más aproximada, al graficar las proporciones de estos dos grupos de clases creativas al interior de las ciudades de los Estados Unidos. Una proporción de 1 significa que los trabajadores negros y blancos son igual de propensos a ejercer empleos creativos. Cuando la razón es mayor que 1, sombreada en morado oscuro sobre el mapa, significa que en esa ciudad los trabajadores negros tienen una predisposición relativamente mayor a tener empleos creativos que sus homólogos blancos. Por su parte, cuando el índice es inferior a la unidad, lo que se destaca en azul en el mapa, se corresponde a las ciudades en que los trabajadores blancos se encuentran relativamente más favorecidos como clase creativa. Fíjese en las numerosas franjas azules y, a su vez, en las escasas manchas de morado sobre del mapa. A lo largo de casi todo el país, la cantidad de trabajadores blancos en empleos creativos supera la de los negros.

La tabla a continuación registra la proporción que se establece entre ambos grupos (blanca/negra) de clases creativas, ordenando las 10 primeras y las 10 últimas grandes ciudades en función de esta proporción. Lo que llama particularmente la atención es que ni siquiera una de las 51 grandes ciudades de los Estados Unidos tiene un índice superior a 1. Esto significa que en ninguna de ellas la cifra de empleados negros en trabajos creativos excede la de los blancos. Riverside-San Bernardino aparece primero, con un índice de 0.87 (es muy interesante que también lidere la clasificación entre aquellas ciudades con las menores cantidades de trabajadores creativos del país). Seguidamente se ubican Phoenix, Sacramento, Portland, San Antonio y Tampa. El grupo de las primeras diez lo cierran Baltimore, Dallas, Atlanta, Louisville, and Charlotte.

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Áreas metrop. Top 10 Proporción de negros vs. blancos en la clase creativa
Riverside-San Bernardino-Ontario, CA 0.87
Phoenix-Mesa-Scottsdale, AZ 0.78
Sacramento-Roseville-Arden-Arcade, CA 0.77
Portland-Vancouver-Hillsboro, OR-WA 0.76
San Antonio-New Braunfels, TX 0.73
Tampa-St. Petersburg-Clearwater, FL 0.71
Baltimore-Columbia-Towson, MD 0.7
Dallas-Fort Worth-Arlington, TX 0.7
Atlanta-Sandy Springs-Roswell, GA 0.7
Louisville/Jefferson County, KY-IN 0.7
Charlotte-Concord-Gastonia, NC-SC 0.7
FUENTE: | UNIVISION
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Áreas metrop. con menos diversidad Proporción de negros vs. blancos en la clase creativa
Denver-Aurora-Lakewood, CO 0.58
Miami-Fort Lauderdale-West Palm Beach, FL 0.59
New Orleans-Metairie, LA 0.59
Memphis, TN-MS-AR 0.59
Milwaukee-Waukesha-West Allis, WI 0.6
San Francisco-Oakland-Hayward, CA 0.61
Rochester, NY 0.61
Seattle-Tacoma-Bellevue, WA 0.62
New York-Newark-Jersey City, NY-NJ-PA 0.62
Kansas City, MO-KS 0.63
Minneapolis-St. Paul-Bloomington, MN-WI 0.63
Richmond, VA 0.63
FUENTE: | UNIVISION
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Por otro lado, entre las últimas diez grandes áreas metropolitanas hay urbes industriales, como Milwaukee, economías de servicios como Miami y New Orleans, y puntas de lanza del desarrollo tecnológico y científico como San Francisco, Seattle, Denver y New York. Muchos de los centros más prominentes del desarrollo científico e intelectual del país muestran índices relativamente pobres: Washington, D.C., por ejemplo, 0.66; Boston, 0.65; y Los Ángeles y Chicago, 0.68.

En Estados Unidos existen sólo 22 ciudades en que la proporción de la clase creativa negra/blanca excede el 1 (un número mayor de trabajadores negros que de trabajadores blancos ocupa empleos creativos). Todas estas son áreas urbanas pequeñas como Lewiston, Idaho-Washington (2.03); Wausau, Wisconsin (1.62); Columbus, Indiana (1.55); Billings, Montana (1.49); e Idaho Falls, Idaho (1.47). En cambio, hay unas 150 urbes (40%) en que este índice es de 0.65 o menor, y aproximadamente unas 300 (79%), en que es de 0.80 o menor.

Características de las ciudades con clase creativa blanca y negra

¿Cuáles son los principales rasgos sociales, económicos y demográficos de las metrópolis con mayor o menor concentración de clase creativa negra? ¿Qué semejanzas y diferencias hay entre estas y aquellas que tienen una gran concentración de clase creativa blanca?

A primera vista, uno podría suponer que la clase creativa negra es mayor allí donde la clase creativa blanca presume de ser amplia. Si bien hay una conexión entre las dos (con una correlación de 0.44), ambas clases no siempre siguen los mismos patrones. Lo que quiere decir que la clase creativa negra no florece necesariamente donde lo haga la blanca. Si bien encontramos un vínculo positivo entre el número de trabajadores negros en empleos creativos y la clase creativa en general (0.39), este vínculo resultó significativamente más fuerte entre los trabajadores blancos en puestos creativos y toda la clase creativa en su conjunto (0.77). Ambas clases, la negra y la blanca, se relacionan negativamente con la proporción de obreros y otros trabajadores dedicados a tareas manuales (las correlaciones son -0.32 y -0.62, respectivamente).

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Además, uno podría suponer que la clase creativa negra guarda relación con el número de residentes negros en una ciudad dada. Pero no es este el caso en lo absoluto. De hecho, encontramos una débil correlación negativa entre la clase negativa negra y la cuantía de la población negra en general.

Mi investigación, por otro lado, ha documentado una estrecha relación entre la clase creativa y la riqueza de las ciudades. Lamentablemente, no es el caso de la clase creativa negra. No existe vínculo estadístico alguno entre la clase creativa negra y la producción económica per cápita, un indicador clave de la productividad de una ciudad. Hay una positiva aunque débil relación entre la clase negativa negra y el ingreso (0.14), pero esta decae si se la compara con la relación que se da entre el ingreso y la clase creativa blanca (0.56).

La clase creativa negra tiende a ser de alguna manera mayor en ciudades más innovadoras y con mayor número de empresas de alta tecnología (con una correlación de 0.27 frente a la concentración de empresas de alta tecnología, y de 0.18 frente a la innovación basada en patentes). Esto contrasta con mi conclusión anterior acerca de una asociación negativa entre las empresas de alta tecnología y la parte no blanca de la población. Dicho esto, estas correlaciones son bastante más pequeñas que aquellas de la clase creativa blanca para con las empresas de alta tecnología (0.68) y la innovación (0.44).

La clase creativa negra es también mayor en ciudades donde la mayoría de la población tiene un elevado nivel educacional. Este fenómeno guarda una relación positiva con la población de adultos universitarios (0.38), aunque cabe acotar que esta última correlación es sustancialmente menor que aquella en el caso de los trabajadores blancos (0.78).

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Mi propia investigación ha subrayado por mucho tiempo la conexión entre la diversidad y la clase creativa. De hecho, la clase creativa negra está relacionada con dos indicadores esenciales de la diversidad y la tolerancia: la cantidad de adultos de origen extranjero (0.34), y el número de homosexuales (0.36). Tal como se ha visto en los casos anteriores, estas correlaciones son apreciablemente menores que en el caso de la clase creativa blanca (0.55 para los extranjeros y 0.67 para los homosexuales en general).

Nuestro estudio también reveló que la clase creativa negra es mayor en ciudades con mayor densidad (La correlación es de 0.32 frente la densidad de la población ponderada), pero aun así no representa gran cosa si se la compara con la correlación propia de la clase creativa blanca (0.58). Y, si bien la clase creativa en su conjunto aumenta de acuerdo con el tamaño de las ciudades y las áreas metropolitanas, no encontramos más que una relación pobre entre la clase creativa negra y el tamaño de las urbes dada su población (la correlación arrojó 0.17 para esta última clase, mientras que 0.54 para la clase creativa blanca).

Asimismo, la clase creativa negra es mayor en las áreas urbanas más densas aunque con menor crecimiento. Este hecho se vincula negativamente con el número de trabajadores que manejan solos hasta su centro de trabajo, un indicador aproximado del crecimiento urbano (0.34), aunque, como de costumbre, esta correlación es todavía menor que la correspondiente a la clase creativa blanca (0.54). Llama la atención cómo la clase creativa negra (0.25) y la blanca (0.26) se vinculan de manera similar con la cantidad de trabajadores que caminan hasta su centro de trabajo, lo que habla de una ciudad o un área urbana relativamente más densa.

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Mi estudio anterior arrojó valiosas y abundantes conexiones entre la clase creativa en su conjunto y la desigualdad y la discriminación. Pero la clase creativa negra no guarda relación estadística con la desigualdad de ingresos basada en el coeficiente Gini (la correlación en el caso de la clase creativa blanca es de 0.40). La clase creativa negra está modestamente relacionada con nuestro indicador de la discriminación económica en general (0.20), pero esta última correlación es tanto más modesta cuanto más se la compara con la correspondiente a la clase creativa blanca (0.66). Nuestra conclusión fue que la clase creativa negra puede coadyuvar a la mitigación, hasta cierto punto, tanto de la desigualdad como de la discriminación. En términos de políticas públicas, esto significa que los esfuerzos por estimular la clase creativa negra pueden ayudar a enfrentar la desigualdad y la discriminación.

Hacia la igualdad de las clases creativas

Mientras un creciente número de voces nos recuerda que la raza y la clase confluyen en su trasfondo económico, no debemos olvidar que estas también se cruzan en la superficie de la nueva economía. Tanto la clase creativa como la economía creativa favorecen al trabajador blanco, dejando al trabajador negro en condiciones de franca desventaja, la cual se traduce en la considerablemente menor propensión de estos a ocupar empleos decisivos en nuestro futuro post-industrial. Más de cuatro de cada 10 trabajadores blancos ejercen empleos creativos, frente a menos de 3 por cada 10 trabajadores negros. Y no existe siquiera una gran ciudad en los Estados Unidos en que la cifra de trabajadores creativos negros supere la de los blancos. Nuestros esfuerzos por edificar un futuro con mayor inclusión social para los estadounidenses debieran tener en cuenta esta realidad.

Este artículo fue publicado originalmente en CityLab.com.