A lo largo del año pasado han proliferado leyes restrictivas y discriminatorias en Carolina del Norte. A finales de marzo, el proyecto de ley HB 2 barrió con las legislaciones estatales que protegían a los residentes LGBT (personas lesbianas, gay, bisexual o transexual) contra la discriminación. Y un proyecto de ley firmado en octubre por el gobernador Pat Macrory limitó las formas aceptables de identificación y desreguló las investigaciones policíacas sobre el estatus de inmigración de una persona.
El póster que está luchando contra la islamofobia en Estados Unidos
El cartel ha sucitado violentas reacciones, pero también ha unido a quienes buscan combatir la discriminación de todo tipo.


Sin embargo, mensajes de apertura y tolerancia han comenzado a aparecer por todo el estado. A principios de este año algunos negocios locales comenzaron a colgar pósteres gráficos que decían “Los refugiados son bienvenidos aquí” en sus vitrinas. Inicialmente puestos como una respuesta al proyecto de ley antiinmigración que fue aprobada por el estado el otoño pasado, los pósteres tienen mensajes que resuenan después de la aprobación de políticas discriminatorias más recientes, dice Noah Rubin-Blose, miembro de un oficina local de Jewish Voice for Peace (Voz Judía para la Paz o JVP por sus siglas en inglés) en Triangle, Carolina del Norte. JVP es la organización nacional detrás de estos letreros. En medio de una crisis internacional de refugiados, estos pósteres son particularmente potentes: el artista Micah Bazant basó su diseño de estos en la imagen de un padre e hijo sirios buscando refugio.
Desde diciembre, los pósteres que dicen “Los refugiados son bienvenidos aquí” han estado apareciendo en ciudades en todo el país. Después de que Bazant terminó su diseño en noviembre, la JVP imprimió y los distribuyó a sus distintas oficinas. Pero cualquiera puede acceder e imprimirlo, según Bazant le explica a CityLab. Éstos se pueden descargar desde el sitio de JVP. “Es la responsabilidad de todos manifestarse acerca [de este tema]”, agrega Bazant. “Mi esperanza fue inspirar a la gente a relacionarse con la humanidad de las personas expulsadas de sus hogares… y esto a su vez realmente es una oportunidad de reconectarse con nuestra propia humanidad”.
La oficina de JVP en Washington, D.C. colocó paneles por todo el área comercial urbana y también fue de puerta en puerta ofreciendo los pósteres a comerciantes independientes. En Portland los pósteres tuvieron una recepción cálida: cuando el consejo de la ciudad aprobó una resolución condenando a la islamofobia en diciembre, se expusieron los letreros afuera del ayuntamiento para ilustrar el mensaje, dice Maxine Fookson, miembro de JVP Portland.
En Carolina del Norte ha habido diversas reacciones a los pósteres. “Hemos visto personas llorar porque les conmueve tanto verlos”, dice Rubin-Blose. “También hemos visto que los tiran abajo”. En Raleigh, dos negocios que tenían el póster sobre los refugiados y otro que decía “Deja de identificar a los musulmanes como sospechosos” fueron objetivo de manifestaciones en contra de éstos. Sin embargo, la respusta de la comunidad ha sido más unidad, dice Rubin-Blose. En el Lucky Tree Café —donde un poster fue retirado a la fuerza— los residentes de Raleigh organizaron un “Hangout Against Hate” (Reunión contra el Odio) para demostrar apoyo tanto para el negocio como para el mensaje de aceptación que comunica los pósteres.
“La islamofobia no ha disminuido” dice Donna Nevel, una de las iniciadoras de la Red en contra de la Islamofobia de la JVP. “Es ubicua y se ha vuelto más importante para nosotros ser lo más visibles que se pueda para presentarse en contra [del proyecto de ley]”.
Si bien a nivel superficial los pósteres que dicen “Los refugiados son bienvenidos aquí” abordan un tipo de discriminación vigente en el país, el mensaje sirve de respuesta a muchos otros asuntos. “Espero que lo que está ocurriendo ahora haya ayudado a la gente ver los vínculos entre todas las maneras en que se manifiesta la discriminación”, dice Rubin-Blose. Colocar un póster es un acto sencillo pero “el arte es una de las herramientas más poderosas que tenemos para inspirar el cambio social”, dice Bazant. Tan sólo el acto de comunicar el mensaje en forma gráfica, agrega Bazant, “puede transformar la conversación y nuestra percepción de lo que es posible”.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.









