Hace tres años, la jueza federal Shira Scheindlin declaró que las operaciones “detención y cacheo” del Departamento de Policía de Nueva York eran inconstitucionales. Una auditoría de estas detenciones encontró que los afroestadounidenses e hispanos de Nueva York fueron detenidos y registrados por la policía a niveles muchos más altos que los de los neoyorquinos blancos. Sin embargo, rara vez resultó que estas personas estuvieran en posesión de armas o drogas ilícitas. Como resultado, Ray Kelly —el comisionado de la policía neoyorquina en aquel momento— le ordenó a la policía a reducir esta práctica de “detención y cacheo”. Aunque se redujo considerablemente, la práctica sigue en pie. Bill Bratton fue el sucesor de Kelly y siguió reduciendo cada vez más esta práctica, lo cual molestó a los que abogan por un patrullaje más agresivo e intrusivo.
No se pueden ignorar los datos: “detención y cacheo” no funciona
Tres años después de que se declaró como inconstitucional, uno de los principales periódicos de EEUU se retractó de su apoyo a esta práctica.

En particular, el 13 de agosto de 2013 el consejo editorial del periódico The New York Daily News declaró que el fallo de Scheindlin “directamente puso en peligro a Nueva York con un fallo que amenaza con conducir a la ciudad a [sufrir] los estragos de anarquía y derramamiento de sangre”. Este tipo de lenguaje, centrado en cundir el miedo, prácticamente surge automáticamente cada vez que se sugiere que la policía debe cumplir con la ley cuando hace cumplir la ley. Básicamente Donald Trump ha basado toda su campaña presidencial en la idea de que si no se emplean tácticas policíacas agresivas como “detención y cacheo”, los estadounidenses terminarán como las victimas en la película The Purge, cinta donde el gobierno permite una noche en la que se puede cometer cualquier delito.
Pero resulta que los pronósticos del Daily News estuvieron equivocados y el consejo editorial del periódico escribió en una columna reciente que estaban “encantados” de reconocer su error. En lugar de algarabía y anarquía desde Brooklyn a Harlem, tal como había advertido el periódico que ocurriría si se redujera “detención y cacheo”, ocurrió lo opuesto. “Después [de la reducción] de detención y cacheo, los hechos son claros”, escribió el consejo editorial el 8 de agosto. “Nueva York está más seguro mientras que se ha aliviado la fricción entre del Departamento de Policía de Nueva York y las comunidades de minorías”.
Se trata de una conclusión inevitable cuando se toman en cuenta las cifras, las cuales el consejo editorial resumió en sólo unos cuantos párrafos:
"La policía neoyorquina empezó a reducir detenciones bajo Kelly, antes de la decisión de Scheindlin, y aceleró [el proceso de reducción] bajo el comisionado Bill Bratton. Como resultado, la cantidad de detenciones reportados por policías bajó en un 97%, de un máximo de 685,700 en 2011 a 22,900 en 2015.
"No sólo no subió el crimen, sino que éste ha llegado a un mínimo histórico.
"La cantidad de homicidios fue 536 en 2010 y fue 352 el año pasado… y tal parece que se reducirá aun más este año. Hubo 1,471 incidentes de tiroteos en 2010 con 1,773 víctimas. Para 2015 los tiroteos habían bajado a 1,130 con 1,339 víctimas".

Antes del fallo de Scheindlin, se consideraba a la “detención y cacheo” y al enfoque de patrullaje de las “ventanas rotas” como ingredientes esenciales del “ patrullaje que promueve la calidad de vida”. Este es el término que describe un tipo de patrullaje policíaco que busca eliminar el potencial del crimen grave al reprimir delitos menores. Pero tal como halló el Inspector General de Nueva York en junio, este tipo de “patrullaje que promueve la calidad de vida” hace poco, si es que hace algo, para reducir delitos graves. Al revisar los datos de arrestos de la policía neoyorquina entre 2010 y 2015, el Inspector General halló lo siguiente:
- Entre 2010 y 2015 hubo un descenso dramático en el patrullaje para promover la calidad de vida sin ningún incremento en delitos graves. De hecho, a pesar de unas cuantas excepciones, se redujeron los delitos graves a la vez que se redujo el patrullaje que promueve la calidad de vida.
- Entre 2010 y 2015, el patrullaje que promueve la calidad de vida tuvo muy poca o ninguna relación temporal con el descenso de los índices de delitos graves a lo largo de la Ciudad de Nueva York, lo cual significa que hubo una limitada correlación estadísticamente demostrable.
- El patrullaje que promueve la calidad de vida no se distribuye de manera pareja en su uso a lo largo de la ciudad ni a lo largo del tiempo; en algunos casos sigue siendo así aun después de corregir los sesgos en cuanto a índices de crimen.
Es por eso que los jefes y capitanes de policías en todos los EEUU realmente no están apoyando con fuerza el tono de voz y las palabras de Trump sobre el crimen. En el pasado tal tipo de mensaje alarmista quizás ayudó a Richard Nixon a salir electo. Pero hoy día datos concretos demuestran que el infierno desatado por Nixon mediante patrullaje policíaco severo sólo condujo a más destrucción de ciudades, comunidades y hasta de familias de raza negra.
Sin embargo, hay muchos que no reculan y mantienen su fuerte creencia en lo que consideran el “evangelio de la detención y cacheo”. Pueden seguir abogando por esta práctica hasta el cansancio. Pero tal como ha aprendido el Daily News, los datos simplemente no respaldan el argumento.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.







