En fotos: Migrar para prostituirse, la herencia oculta de la crisis venezolana
Miles de turistas nacionales y extranjeros visitan la costa colombiana cada año. En estas playas las trabajadoras venezolanas encuentran potenciales clientes de dentro y fuera de Colombia con 'moneda dura' que favorece el cambio a los devaluados bolívares venezolanos
‘Rocío’, oriunda de Barquisimeto, Venezuela, espera la llegada de clientes en el malecón principal de la bahía de Santa Marta, Colombia. Lleva consigo un libro religioso todo el tiempo con el que intenta vencer el temor de estar sola en otro país, aunque reconoce que se protegen unas a otras las compañeras de la calle.
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‘Ingrid, la maracucha’ llegó a principios de este año a la bahía de Taganga, Colombia, un pueblo de pescadores visitado por turistas de todo el mundo. Llegó en busca de oportunidades pero con poca suerte, Ingrid ha logrado sostenerse ofreciendo sus servicios en las calles y esquinas: “trabajo día y noche pero mi situación sigue difícil”.
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‘La Titi’ se prepara lo mejor que puede para salir a la calle a conseguir clientes. Sobresale de las compañeras por el cuidado con que se arregla para sus citas.
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Algunas venezolanas se sientan en los bancos del parque Simón Bolívar, en el centro histórico de Barranquilla. Este sector es una zona de tolerancia en la ciudad, los interesados se acercan y reconocen a las mujeres por su vestimenta ajustada.
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“A mis clientes extranjeros les pido que me paguen en dólares, así triplico lo que me gano, porque semanal envió dinero a mis hermanitos en Maracaibo”, afirmó ‘Ingrid, la maracucha’.
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Miles de turistas nacionales y extranjeros visitan la costa colombiana cada año. En estas playas las trabajadoras venezolanas encuentran potenciales clientes de dentro y fuera de Colombia con 'moneda dura' que favorece el cambio a los devaluados bolívares venezolanos. En la foto el malecón Rodadero, Santa Marta.
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Los turistas interesados se acercan a la Marina Internacional de Santa Marta donde algunas mujeres esperan clientela.
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En muchas ocasiones las chicas son frecuentadas por adultos mayores que “pagan muy bien” según afirmó una de las consultadas.
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Algunas prostitutas se acercan a los taxis que transportan turistas en la bahía de Santa Marta.
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‘Rocío’ camina al atardecer por el malecón principal de la bahía de Santa Marta.