Luiz Inácio Lula da Silva nació en Pernambuco, uno de los rincones más pobres de Brasil, en 1945. De joven se ganó la vida como obrero de la industria metalúrgica y perdió el meñique izquierdo en un torno mecánico.
Lideró las protestas sindicales durante la dictadura militar que gobernó su país entre 1964 y 1985. En la fotografía, Lula da Silva en un mitin sindical de obreros metalúrgicos en San Bernardo do Campo, a 55 kilómetros de Sao Paulo, 1979. Crédito: Getty Images
Luego de consolidarse como el líder del movimiento obrero de Brasil en los años 70, entra oficialmente en la política
en 1980 cuando funda el Partido de los Trabajadores, de tendencia izquierdista. En la fotografía, Lula da Silva junto al entonces mandatario cubano Fidel Castro en una visita a La Habana, Cuba, en 1989. Crédito: Getty Images
Desde 1989 hasta 1998 intentó sin éxito conquistar la presidencia de Brasil, fracasando primero contra Fernando Collor y en otras dos ocasiones contra Fernando Henrique Cardoso, su gran adversario político. En la fotografía, da Silva camina junto a sus seguidores en un evento de la campaña electoral en 1994, en Sao Paulo. Crédito: Getty Images
Aunque no conseguía éxito electoral, Lula da Silva era conocido dentro y fuera de su país como un líder auténtico que se enorgullecía de su origen humilde y que
hablaba de sí mismo como un hombre “casi analfabeto”. En la imagen, junto al líder palestino Yasser Arafat cuando visitó Brasil en 1995. Crédito: Ap
“Pido a Dios sabiduría para gobernar, discernimiento para juzgar, serenidad para administrar, coraje para decidir y un corazón del tamaño de Brasil para sentirme unido a cada ciudadano y a cada ciudadana de este país en el día a día de los próximos cuatro años. ¡Viva el pueblo brasileño!”, dijo da Silva en su toma de posesión. Crédito: Reuters
En 2006, los presidentes Néstor Kirchner, de Argentina; Evo Morales, de Bolivia; Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil; y Hugo Chávez, de Venezuela, se reunieron en Puerto Iguazú, al norte de Argentina, para apoyar la nacionalización de la industria del gas en Bolivia.
Formaban parte del grupo de gobiernos de izquierda que tomaron el poder electoralmente en los primeros años del siglo XXI en América Latina. Crédito: Getty Images
El presidente George W. Bush abraza a su homólogo brasileño en 2007, en una reunión en la sede de la petrolera estatal de Brasil en Sao Paulo. A diferencia de otros gobiernos latinoamericanos de la época,
la relación de Brasil con EEUU durante el gobierno de Lula fue estable y cordial. Crédito: Reuters
Luego de entregar el poder a su compañera de partido Dilma Rousseff en 2011, Lula bajó por última vez del Palacio de Planalto y abrazó a sus seguidores.
Se había convertido en el gobernante más popular que recordaban los brasileños, tanto que 83% aplaudía su gestión y apenas 4% se atrevía a criticarla como “mala” o “pésima”. Crédito: Getty Images
Aunque Lula dejó a su sucesora el Producto Interno Bruto (PIB) al alza, en 7,5%, Dilma Rousseff afrontó dos años seguidos de recesión. El Senado aprobó realizar un juicio político a la mandataria y
fue suspendida definitivamente como presidenta de Brasil en 2016, cuando resultó culpable de autorizar maniobras fiscales para maquillar las cuentas públicas.
Lula acompañó a Rousseff a la salida del palacio presidencial cuando se aprobó el impeachment. Crédito: Mario Tama/Getty Images
En marzo de 2016,
Lula fue detenido unas horas para declarar por el caso de corrupción de la petrolera estatal Petrobras, que ha tenido implicaciones en toda América Latina. El juez federal Sergio Moro ordenó que los agentes allanaran la casa de Lula y el instituto que lleva el nombre del expresidente. Crédito: Getty Images
En julio de 2017, da Silva
fue condenado a nueve años y seis meses de cárcel por corrupción y lavado de dinero. Estos señalamientos refieren a la red de corrupción que operó en la petrolera brasileña Petrobras.
La defensa del ex mandatario alegó que era víctima de persecución política. Apoyado en la popularidad que aún conserva y a pesar del escándalo de corrupción, Lula da Silva se lanzó de nuevo a la presidencia para las elecciones de 2018. Crédito: Getty Images
En abril de 2018 el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil votó en contra del
habeas corpus que había solicitado su defensa, por lo que
será llevado a la cárcel. Nunca un expresidente brasileño había sido sentenciado a prisión por delitos ligados a malversación de fondos públicos. Crédito: Reuters