El Centro Preventivo y de Reinserción Social Topo Chico, ubicado en Monterrey, Nuevo León, se convirtió en una referencia de la violencia en las cárceles mexicanas. En esta penitenciaría –controlada por muchos años por el crimen organizado– ocurrió un sangriento episodio en el que resultaron asesinados 49 reos. Fue clausurado definitivamente el 30 de septiembre de 2019 y se convertirá en la sede del archivo general del estado.