Una charla con Ceci Bastida sobre México, el activismo y la vida de madre rockera: “Es bonito encontrarle la belleza a tanto caos”

Hace unos días, la tijuanense Ceci Bastida lanzó ‘Un sueño’, un corte inspirado por la terrible historia de los 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa, Guerrero que desaparecieron hace dos años.

Fui a ver a Ceci a la oficina de Nacional Records en Burbank Boulevard en Los Ángeles. Una bodega con techo de doble altura con muros muros tapizados de posters de Mexrrissey - agrupación a la que también pertenece - series de luces, guitarras eléctricas, imágenes de la Virgen de Guadalupe, luchadores y una piñata de Donald Trump que cuelga de una esquina. Nos metimos a un forito que hay dentro de la oficina. La luz estaba muy bajita y en el escenario había una guitarra y un tambor apache iluminados por una luz cenital.

Le pregunté por qué había decidido hablar respecto a los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa ahora, después de dos años. Bastida siempre ha hecho música politizada y respondió de manera muy natural. ”El tema de la desaparición forzada fue inspirado por los estudiantes, pero más que nada se inspira en la realidad de México. No son 43. Son miles”, me dijo hundida en un sillón individual de piel que ante mis ojos era rosa claro por la iluminación del lugar.

“La grabé hace casi un año”, me dijo sobre la rola. “Me invitaron a colaborar con Red Bull. Me prestaron el estudio para grabar lo que quisiera. Tenía rato queriendo grabar esta canción. Quise invitar a Aloe porque lo conocía de hace tiempo y con su música siempre toca estos temas,” explicó. Aloe Blacc, quien colaboró con ella en el sencillo, es un cantante y compositor de R&B con un enfoque de activismo constante que atraviesa su carrera artística. “Siempre lo veo en diferentes eventos de activismo. Es muy congruente, siempre está metido en esto, es divino. Es de esas personas que no nada más hablan, sino actúan”.

Ceci Bastida se consagró en los 90 como una de las mujeres más representativas del rock local en el norte de México. Como miembro de la legendaria y políticamente retadora banda de ska Tijuana No! Ceci se pasó detrás de los teclados haciendo canciones de protesta como ‘Sin Tierra’, himnos retadores como ‘La Migra’ y ‘Transgresores de la ley’ y en su legado dejó un cover a ’Spanish Bombs’ de The Clash. Pertenecía a la camada de rockeros mexicanos que llegó a pisarle los talones a bandas como Café Tacvba y la Maldita Vecindad. Después de la disolución de Tijuana No! en 2002, Bastida continuó tocando el teclado con Julieta Venegas, que también fue parte de la banda en su etapa temprana.

Eventualmente, Ceci sacó su álbum debut como solista, Veo La Marea a través de EMI en 2010 y estuvo nominada a un Latin GRAMMY ese año junto a Hello Seahorse! y el Cuarteto de nos en la categoría de Mejor Canción Alternativa. En 2014 lanzó La Edad de la violencia, que contiene canciones escritas durante su primer embarazo.

Hablamos sobre cómo se nos ha quitado el empuje a los mexicanos. Se nos olvida cómo convertir el descontento en acción. “A pesar de sentir que las cosas están horribles en un país donde la pobreza es extrema y la corrupción está a tope, la gente sigue luchando todo el tiempo”, apuntó Bastida. Me habló sobre esa sensación dominante de que las cosas cada vez van peor en México. “Hay gente que se hunde, gente que se activa y gente que lo ignora”, me dijo, pero eso no le quita las ganas de seguir haciendo cosas. Al contrario.

“Trato de encontrar algo positivo. Ver a los grupos de personas que luchan todos los días para que las cosas sean mejores da mucha esperanza. Yo sé que no hago mucho pero trato de participar en la conversación desde lo que yo hago.” Y sí, en su música siempre hay algo que rescata el lugar de donde viene. Un rayito de esperanza.

Además de su carrera solista, Bastida toca con Chetes de Zurdok, Jay de la Cueva de Moderatto y Camilo Lara en Mexrrissey, una super banda de covers tropicalizados de los Smiths. “Mexrrissey ha sido súper controversial en México. Nos odian. Mucha gente nos tira mierda”, me dijo entre risas.

El publico mexicano adora a Morrissey y a los Smiths, razón por la que los mexicanos son muy críticos con una banda mexicana de covers a una de las bandas con el fandom más arraigado en el país. “Es un trabajo muy distinto a lo que yo hago musicalmente. La música está bien trabajada, reimaginamos las canciones, las construimos bien… me siento muy orgullosa del trabajo que hicimos,” dice Bastida, y es una realidad. Los covers de Mexrrissey están impecables en la incorporación de elementos mexicanos en las canciones. “León de Zoé nos tiró mucha mierda en su momento,” me dijo. Nos reímos. El grupo se ha presentado por todo Inglaterra con mucho éxito. A finales de octubre, Mexrrissey saldrá de gira por Estados Unidos.

Por si fuera poco, Bastida está haciendo una gira con una organización que se llama Schools Not Prisons. Son shows en prisiones de diferentes lugares de California. “Voy a hacer uno en San Diego. Vamos a una prisión de mujeres, voy yo con un DJ y un rapero y damos un show ahí”. Me dice que emocionalmente es muy desgastante pero que le es muy gratificante ser parte activa de algo así.

“Todo empieza desde la educación”, dice Bastida muy tajante. “A las personas que más castigan o expulsan en las escuelas públicas son latinos y afroamericanos. De ahí empieza la bola de nieve. Si desde el principio de tu desarrollo el sistema te rechaza ya estas condenado”. Por eso surgió la idea de impulsar a que se construyan más escuelas, se invierta en programas extracurriculares para los jóvenes y no en las cárceles.

“Estaba leyendo que del total de gente encarcelada en todo el mundo, el 25% está en Estados Unidos. Es una cifra alarmante. Es una institución que ya está podrida, no sirve”. Bastida cree que hay que empezar desde el principio, invertir en los jóvenes, darles oportunidades y apostar por ellos. “Hay gente que se dedica todos los días a luchar por esto. Por eso escribí ‘Un Sueño’, por la gente que le invierte todos sus días a cambiar las cosas. Sin parar. Es bonito encontrarle la belleza a tanto caos”.

Le pregunto cómo fue para ella haber crecido en Tijuana y cómo moldeó su sensibilidad estar ubicada en la frontera. “Todo ha cambiado mucho ahora por el internet, pero cuando yo estaba en Tijuana estábamos muy desconectados del DF” recordó. Me platicó que lo que veían era el canal local que era una cochinada. Entonces empezaron a escuchar la radio de San Diego y a ver televisión de allá. “No te sientes gringo. Te sabes mexicano pero de pronto tienes la oportunidad de ir a conciertos en Estados Unidos y como músico eso te abre mucho la mente. Escuchar bandas en vivo te inspira”.

Hablamos sobre la identidad de género. “Desde chiquita pensaba que la música era algo más masculino. De alguna manera me llamaba más la atención pertenecer a este mundo de hombres que veía más cercano al rock que mis compañeras de la escuela en ese momento”. Desde muy temprana edad tuvo una actitud más flexible con cuestiones de género. “Me sentía muy cómoda alrededor de hombres. Nunca sentí que me discriminaron por ser mujer. Al contrario, eran cero caballerosos y eso era bueno. Nunca fueron condescendientes conmigo ni dudaron jamás que podía cargar mi propio teclado”, mencionó mientras nos atacábamos de la risa.

Coincidimos en la importancia que tiene hablar del tema de igualdad de género. “Sobre todo viene al caso ahora con el escándalo de Trump”, dijo Bastida. Hablamos sobre cómo hace mucha falta tener la conversación del problema de género porque cada día se ve más claro cómo representa una gran parte de la cotidianidad de la gente. “Es importante tener ejemplos de gente fuerte. Yo lo veo con mi hija. Quiero que vea que ella puede hacer cosas”.

Ceci me platica sobre su vida de madre rockera. Dice que esta misma mañana era una mamá loca preparando el lunch e intentando llegar temprano a la escuela hecha una fiera. Y ya en la tarde se puso a trabajar y ahora está sentada aquí conmigo, como un superhéroe. “Me gusta que mi hija vea que su mamá tiene una vida. Yo siempre vi a mi mamá trabajar y yo quiero que ella tenga eso. Pero sí, ando en chinga. Todo mi respeto a las mamás”. Así terminamos la conversación. En una comulga entre chicas.